Las fábricas, hornos y conventos trabajan sin descanso para hacer frente a la gran carga de trabajo de estos meses y superar los 6 millones de kilos

La campaña de mantecados se encuentra a pleno rendimiento en Antequera a poco menos de un mes de Navidad. Una época en la que las calles se impregnan del olor de la tradición, la artesanía y los siglos de historia que albergan las fábricas, hornos y conventos que cada año endulzan el otoño y parte del invierno en el corazón de Andalucía. Buena parte de los obradores artesanos comenzaron su producción en verano para poder llegar a tiempo a estas fechas tan señaladas en las que se disparan las ventas, en muchos casos, gracias a la exportación y la venta por internet.

Un ejemplo es La Antequerana, que además de sus dos tiendas físicas y los distintos puntos de venta en otras provincias, cuentan con su propia tienda online. La fábrica más antigua de la localidad, con 136 años de edad, prevé producir en estos meses 300.000 kilos, una cifra similar a la del año pasado “debido a que nos hemos encontrado con un invierno muy tardío, lo que afecta a las ventas en el inicio de la campaña”, apunta la adjunta a la gerencia del Grupo San Roque Antequera, Nerea Paradas.

Para ellos, la campaña comenzó a principios del mes de agosto. “Fabricamos durante unos días para tener una pequeña cantidad de nuestros productos disponibles para la feria de Málaga y de Antequera, una época donde nuestros clientes ya empiezan a pedirnos mantecados”, señala.

En su caso, han notado que los costes de fabricación se han elevado, “sobre todo en el caso de envases y de los frutos secos, especialmente el pistacho”.

Los clásicos nunca fallan, pero las fábricas no paran de innovar en sus catálogos. Al tradicional mantecado y polvorón de ajonjolí, almendra y canela, se le suman elaboraciones de polvorones gourmet como las de La Antequerana, que este año se ha atrevido con el anacardo, la avellana, la nuez de Brasil y almendra con AOVE, que se unen a los de pistacho y piñón. “Todos están elaborados con muy pocos ingredientes y de máxima calidad, sin grasa animal, sin aditivos artificiales, donde los grandes protagonistas son el fruto seco y el oro líquido andaluz, el virgen extra”, ha destacado la responsable de ventas, Nerea Paradas, quien ha destacado el éxito de los nuevos. 

De novedades también está Torcadul, obrador familiar que a sus aclamados Sol y Sombra, se le unen mantecados de vainilla y nueces, el polvorón de coco o su clásico rosco de vino y su polvorón de almendra bañados en chocolate blanco. Prevén elaborar alrededor de 330.000 kilos de mantecados y roscos, para los que necesitan la ayuda de 26 trabajadores en la plantilla. Y es que, en la ciudad, los mantecados generan grandes beneficios a nivel local, entre ellos, el aumento de la contratación de personal para hacer frente a toda esta nueva carga de trabajo.

En Delicias de Antequera, son 30 los empleados que pasarán 4 meses en el obrador. Al igual que en 2023, prevén elaborar en torno a 800.000 kilos de mantecados. En esta campaña, para ellos los costes de producción “se han normalizado y han llegado a un punto medio, a excepción del chocolate”, explica una de las propietarias, Violeta Rivas, lo que ha sido también un alivio para el sector que hace un par de años se vio obligado a aumentar los precios debido a la inflación. 

En Sancho Melero, han presentado dos nuevos sabores originales: tarta de queso y tiramisú. El Grupo sigue siendo el mayor exportador de mantecados de Antequera con 3,5 millones de kilos. En Primitivos Aguilera comenzó la campaña a finales de septiembre y planean prolongarla hasta el mes de abril. 

Un caso curioso de este año es el de las monjas de la Encarnación, que han vuelto a la elaboración de dulces y mantecados caseros tras verse obligadas a apagar los hornos por el elevado precio de las facturas de la luz. Gracias a una donación anónima, han podido instalar placas solares para reducir significativamente los 2.000 euros mensuales de electricidad y volver a vender sus dulces, su principal fuente de ingresos desde hace dos años.

Desde hace varios años, el sector aspira a superar la elaboración de más de 6 millones de kilos de estos dulces navideños, concentrando cerca de la totalidad de la producción de toda la provincia de Málaga. 

Sea como sea, la industria del mantecado es un buque insignia en la ciudad de los Dólmenes y El Torcal, que además sueña con ser algún año Capital Española de la Gastronomía con este dulce entre sus propuestas y conseguir la Denominación Geográfica Protegida para su característico mantecado, polvorón y alfajor.