Las intensas lluvias que azotaron Teba el pasado mes de octubre afectaron muy gravemente a la Cueva de las Palomas, uno de los yacimientos más importantes en el estudio de pinturas rupestres y que ha precisado del trabajo de estudiantes y profesores de varias universidades andaluzas para recuperar parte del material arqueológico arrastrado por la riada.
La cavidad, a 30 metros de altitud sobre el cauce del río La Venta, sirvió de canal de salida de los más de 400 litros que cayeron en la sierra anexa en pocas horas, provocando una fuerte erosión en los sedimentos que afectó a buena parte del registro arqueológico. “El material quedó en la superficie junto a numerosas piedras, de hasta un metro de diámetro, desprendidas”, apunta el alcalde de la localidad, Cristóbal Corral, quien apunta que la actuación era urgente para tratar de reducir al máximo el impacto.
Con la autorización de la Delegación Territorial de Cultura de la Junta de Andalucía, durante la pasada semana se desarrollaron una serie de trabajos arqueológicos dirigidos por el doctor Serafín Becerra en los que participó un equipo humano compuesto por estudiantes y profesores de la Universidad de Cádiz, un profesor-doctor de la Universidad de Almería y el director del Museo Histórico Municipal de Teba, José Carlos Escalante. “Las labores que se llevaron a cabo en el yacimiento estuvieron centradas en paliar los daños provocados por las lluvias y en adecuar el espacio para posibles visitas. En concreto, durante las seis jornadas en las que se prolongaron, el equipo se ocupó de la recogida y limpieza de material y en el saneamiento y accesibilidad del espacio”, detalla Corral.
«Era importante para el patrimonio de Teba llevar a cabo esta actividad porque corríamos el riesgo de perder gran cantidad de información sobre el pasado más remoto de nuestro municipio. La Cueva de las Palomas es uno de los yacimiento referentes en la Prehistoria Reciente malagueña y, por tanto, la ciudadanía debe de entender la relevancia de proteger y cuidar este yacimiento», explica Becerra.
Más de un millar de piezas han sido recuperadas durante la actividad de urgencia, que además están siendo ahora objeto de estudio en laboratorio y se prevé que sean mostradas al público cuando culmine este primer análisis.