Un total de 9 hermandades y cofradías recorrerán las calles de la ciudad del 24 al 31 de marzo
Cuenta atrás para la celebración de la Semana Santa de Antequera 2024. La ciudad de los Dólmenes cuenta ya las horas para volver a vivir de forma intensa siete días de pasión y fe con sus pasos y desfiles profesionales.
La antiguamente conocida como ‘Semana Mayor’ de Antequera tiene una serie de elementos diferenciadores que hacen de ella un característico conjunto compuesto por arte, historia, tradición y fe. Nueve son las hermandades y cofradías que realizan la estación de penitencia por las calles de la ciudad, distribuidas a lo largo de todos sus días.
La pureza de sus imágenes, que son obras de gran valor artístico confeccionadas por talladores asentados en la ciudad entre los siglos XVI y XVIII, junto con el ajuar procesional de sus hermandades y cofradías, recrean un estilo único que consigue envolver a todo aquel que descubre la Semana de Pasión de Antequera y a sus hermanacos, caracterizados por su indumentaria y por el uso de “horquillas” para sostener el trono cuando está parado, siempre bajo el mando del Hermano Mayor de Insignia que, situándose delante del paso, los guía durante el recorrido de la procesión.
Cada año, la encargada de dar paso a la Semana Grande de Antequera es la Cofradía de la Pollinica, una de las más importantes de la localidad. Las imágenes de Jesús a su Entrada en Jerusalén, Jesús Orando en el Huerto y María Stma de Consolación y Esperanza volverán a lucirse a su paso por la ciudad el Domingo de Ramos, con un cortejo que suele destacar por su tradicional carácter infantil.
El Lunes Santo la ciudad se tiñe de color verde entre penitentes y estandartes con el paso de la Cofradía de los Estudiantes y su Santo Cristo Verde, la talla más antigua que se procesiona en la Semana Santa de Antequera. Lo acompaña Nuestra Señora de la Veracruz y el Nazareno de la Sangre, que es el único Cristo bajo palio de la ciudad.
El ‘Moreno de la Cruz Blanca’, y María Santísima de la Piedad son los encargados de seguir alumbrando la Semana Santa antequerana el Martes Santo, que reúne a cientos de personas en torno a la plaza de la Cruz Blanca para presenciar el tradicional encuentro de los Santos, que es cuando los tronos de la misma o de distinta cofradía se encaran como símbolo de unión y de felicitación por el recorrido procesional.
Si hablamos de Miércoles Santo, hablamos de Legión. Sobre hombros legionarios y entre oraciones penitentes La Legión se proclama protagonista del Miércoles Santo antequerano, que acompaña al Señor del Mayor Dolor y Nuestra Señora del Mayor Dolor, convirtiéndose en uno de los principales reclamos de la Semana Santa de Antequera.
Otra de las particularidades de su Semana Santa son las tradicionales “vegas”, en las que miles de antequeranos y visitantes se lanzan cada Jueves y Viernes Santo a correr por las empinadas calles de la localidad malagueña. Con el trono sobre sus hombros, los hermanos de las Cofradías de los Dolores, el Consuelo, la Paz y el Socorro comienzan el regreso a sus templos subiendo por las cuestas de la ciudad. Los más valientes corren delante de los pasos; otros siguen a las imágenes o se agolpan en las paredes o en los balcones para contemplar la espectacular subida de los mismos.
La vega de la Cofradía del Socorro el Viernes Santo es, sin duda, la más multitudinaria, cuando los tres pasos de la Cofradía del Socorro suben por tres calles para llegar al templo de Santa María de Jesús acompañado por el sonido de los tambores y de las campanas de los tronos.
Al parecer, el sentido tradicional de esta costumbre era el de bendecir, desde los cerros de la ciudad, las fértiles vegas que en su día fueron la primera fuente de riqueza de la población.
Todas estas características y algunas más, como son las grandes peanas de las vírgenes, la tipología del paso de palio o los campanilleros , hacen que la Semana Santa de Antequera tenga un estilo propio y diferente al de cualquier otro lugar.
Miles de fieles y devotos cuentan ya las horas para acompañar de nuevo a sus Santos, iluminando cada paso de la localidad y descubriendo la fe en cada rincón, gesto y seña de identidad de la Ciudad de los Dólmenes.