Siempre añoramos nuestra juventud, donde todo estaba por vivir, donde las ilusiones nos hacían imaginar un mundo lleno de libertades y prosperidad. Cada día estoy más preocupada por el camino de retorno que está tomando nuestro país. Siempre pensamos que volver al pasado es bueno, pero por favor, lo que estamos viviendo los españoles no tiene nombre. Después de conseguir una democracia avanzada y estar entre los países líderes en derechos, que se apruebe la nueva Ley del aborto y la Ley Mordaza hace que España vuelva a los años de la dictadura. Fuimos muchos los que luchamos  por tener un mínimo de libertades. El día que por fin pudimos expresar y manifestar nuestras opiniones puedo decir con orgullo que lloré emocionada, como lo hicieron muchos.

Los jóvenes han tenido la suerte de nacer y vivir en una democracia, por lo que en un principio se tomaban un poco a la ligera las propuestas del gobierno, no le daban demasiada importancia a estas leyes retrógradas, hasta que ven como cada día  sus derechos se merman. A partir de ahora se prohíbe convocar y asistir a manifestaciones ante instituciones del Estado, practicar deporte en la calle, etcétera. Las multas van de 100 a 600.000 euros. Son muchas las infracciones (según nuestro Gobierno) a sancionar y sigo pensando que antes lo que hay que hacer es educar y demostrar que con respeto se consiguen mejores resultados. Si escuchamos a un niño cuando nos quiere contar una cosa con interés, seguro que luego cuando nosotros le contemos algo él también nos escuchará.

Somos lo suficientemente maduros como para tomar decisiones por nosotros mismos y no porque nos las impongan. Tenemos derecho a decir lo que pensamos y nadie, por muy votado que sea, tiene que quitar las libertades adquiridas. Eso no quiere decir que se obligue a quien no esté de acuerdo. Por ejemplo, a nadie se le obliga a ir a una manifestación si no quiere, tampoco se obliga a abortar a quien no lo desee, pero que no nos quiten la libertad de ejercer nuestros derechos si es nuestro deseo.

Araceli Ruiz

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