Y si dejas de ser el mismo de siempre

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¿Y si dejas de ser el mismo de siempre? ¿Y si, en un momento de lucidez, decides cambiar, evolucionar, dejar atrás antiguas emociones memorizadas, antiguos hábitos establecidos? ¿Y si, desde esa “lucidez” decides dejar atrás adicciones emocionales o químicas que te anclan en un pasado que ya no quieres seguir viviendo? Esto te dejaría “fuera de juego”, te “sacaría de la partida”. La mayoría de las relaciones se basan en compartir las mismas experiencias, hábitos, entorno, lugares conocidos, emociones… Considerando las emociones como energía en movimiento, al compartir las mismas emociones, compartes la misma energía. Químicamente, esto da seguridad, da pertenencia.

Al salirte de la partida, dejas de ser la persona con la que todos se podían relacionar, porque el resto, aún sin ellos saberlo, también te “utilizaban” para recordar quienes son emocionalmente y reafirmar su estado emocional, reafirmar sus hábitos, reafirmar sus adicciones, “dejas de pertenecer”.

Puede que te dejes anestesiar y sigas proyectando tu antigua imagen en el mundo para encajar con los acuerdos emocionales establecidos, y ¿qué pasará? Que no habrás hecho el aprendizaje, no habrás evolucionado, seguirás siendo el mismo de siempre.

En cambio, si lúcidamente, dejas de ser el mismo de siempre, mantienes tu lucidez y sigues firme en crear nuevas conexiones neuronales que te hagan sentir, actuar y ser la nueva persona que has decidido ser, habrás conquistado tu potencial y te abrirás a nuevas posibilidades, antes inimaginables.

Mari Carmen Doblado Algar

“Coaching Emocional”

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