El Mayor Dolor hace frente a la lluvia y consigue procesionar en un Miércoles Santo muy especial

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Antequera ha vuelto a celebrar, tras dos años de pandemia, el Miércoles Santo más especial pese a la lluvia que provocó un retraso en la procesión y un cambio en su recorrido. El día, que tuvo su comienzo a las doce de la mañana con la tradicional Eucaristía, continuó con el traslado y la entronización del Santísimo Cristo del Mayor Dolor a las una y media de la tarde, pasando por Calle Encarnación, Coso Viejo, Nájera, Cuesta Zapateros y Plaza San Sebastián. El momento álgido de la mañana se vivió en el Coso Viejo, donde miles de ciudadanos y visitantes se agolparon para presenciar el traslado y escuchar la emocionante interpretación del himno de la Legión.

Como no podía ser de otra forma, la Legión siguió levantando pasiones, haciendo del Miércoles Santo uno de los días más característicos y conocidos de la Semana Santa antequerana.

La celebración continuó a las ocho de la tarde con el Desfile de la Armadilla que se inició en la Puerta de Estepa hasta culminar en la Plaza de San Sebastián. Para entonces,  la propia calle y los alrededores del templo se encontraban completamente llenos de público, esperando al momento culmen del día que llegaría a las diez de la noche, con la salida procesional.

Los devotos esperaban con alegría y entusiasmo a las puertas de la Iglesia de San Sebastián la salida del Cristo y la Señora del Mayor Dolor, sin embargo, una tromba de agua empezó a caer y se temió ante la posibilidad de que se cancelase la salida. Así, tras la reunión de los miembros de la Junta de Aguas de la Cofradía, se decidió salir finalmente retrasando el horario de la procesión hasta las diez de la noche.  Al abrirse las puertas del templo, se pudo apreciar en la cara de los fieles el sentimiento y la incredulidad ante la presencia de las imágenes, que por fin volvían a pisar suelo antequerano en Semana Santa y que conseguían hacer frente a la lluvia.

El nuevo recorrido pensado por las precipitaciones ubicó como enclave principal a Calle Lucena, desde donde se inició la salida, sustituyendo a Calle Tintes y Maderuelos. Pese a la amenaza de lluvia y a las condiciones meteorológicas que asolaban la procesión, miles de devotos se unieron al paso para acompañar al Cristo y a la Virgen del Mayor Dolor, que mostraron ser unas de las imágenes más fuertes y con más fieles de la ciudad de los Dólmenes.

La salida, aunque se celebró de una forma alternativa, dejó ver los grandes estrenos de la Cofradía, como el minucioso trabajo del sayón de Juan Vega, que acompañó al Señor del Mayor Dolor en su trono.Otro elemento importante de la noche fue el gran acompañamiento musical de los pasos, que consiguió dotar de sentimiento un ambiente que se volvía cada vez más especial. Así pues, los encargados de poner la melodía fueron El Tercio “Gran Capitán” Primero de La Legión de Melilla , La Escuadra de Gastadores, Reyes Católicos con sede en Ronda, Banda de guerra de la X Bandera y la Banda de Huétor Vega, posicionada tras la Virgen. 

Tampoco faltaron en esta ocasión los tradicionales pétalos de rosas lanzados desde los balcones al Mayor Dolor así como los cantos a ritmo del ‘Novio de la Muerte’ y los credos de la legión.

Finalizó así una jornada llena de emoción, alegría y pasión que, pese a la amenaza de lluvia, se pudo celebrar de la mejor manera posible.

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