En este último trimestre la niña, de Villanueva de la Concepción ha sufrido varios episodios peligrosos, con hipoglucemias severas, necesitando la asistencia de una ambulancia
Una menor de cinco años de Villanueva de la Concepción atraviesa día a día dificultades en el colegio. La razón: tiene diabetes tipo 1 y el CEIP Ciudad de Oscura no dispone de personal ni recursos suficientes para cubrir sus necesidades específicas. Esto es lo que denuncia Rocío Morales, madre de cuatro hijos. «Triana no puede desayunar porque en el colegio nadie le suministra su medicación. Igualmente, si su bomba de insulina se para o salta cualquier alarma, tampoco la atienden. Desde el centro me dicen que ellos no están para eso», lamenta.
Una situación que se ha ido complicando hasta tal punto que en este último trimestre la niña ha sufrido varios episodios peligrosos, con hipoglucemias (bajadas de azúcar) severas, necesitando la asistencia de una ambulancia y un equipo médico en el colegio.
Triana cuenta con un sensor que le marca la glucosa continuamente y un sistema de infusión de insulina conectada al mismo. «Si la bomba detecta que la niña va a entrar en hipoglucemia, para momentáneamente, pero esto no quiere decir que evite la bajada del azúcar. O si la glucosa aumenta, la bomba corrige con insulina, pero también puede fallar», explica.
Esta preocupación constante que ha empujado a Rocío a pedir ayuda a las administraciones para que su hija disponga de los cuidados que necesita en el centro escolar, bien mediante un profesional médico o un maestro sombra, con el fin de que su pequeña no tenga que renunciar a su escolarización, ni verse obstaculizada en su desarrollo educativo. «En varias ocasiones me han pedido que sacase a la niña del colegio porque todavía no está en edad obligatoria, pero por supuesto me he negado porque mi hija tiene los mismos derechos que cualquiera niño de poder acudir a clase», recrimina.
Recientemente se ha incorporado una PTIS para los 9 niños censados en el colegio, entre ellos Triana. Sin embargo, esta monitora solo puede pasar una o dos veces a verla durante la mañana. «Ve que está todo bien y se va. Eso no es un control ni una asistencia a Triana, que sigue además sin poder desayunar en el recreo», reitera. Al respecto y según explica Rocío. también estaba previsto que la enfermera referente del centro se hiciese cargo de medicar a la niña para que pudiese comer, pero por ahora no ha recibido ningún tipo de novedad.
Desde la Junta han recordado que el pasado 2023 la Consejería de Salud y la Consejería de Desarrollo Educativo firmaron un convenio de colaboración con el fin de garantizar un entorno de seguridad y facilitar la escolarización de los menores con enfermedades con cronicidad compleja o en situación de cuidados paliativos, según el cual estos cuidados corresponden a las enfermeras referentes escolares y Tcaes, quienes se desplazarán a los centros.
«En el caso de esta menor, el control de la bomba de insulina no requiere la intervención de un profesional sanitario, por lo que puede controlarse con la formación necesaria de los profesionales del centro y el asesoramiento y vigilancia constante de la enfermera, sin que sea necesario que ésta se desplace diariamente al colegio, sino que será la enfermera la que decidirá cuándo será necesaria su presencia en función de la evolución de los controles glucémicos», han señalado desde delegación.