Se considera una tormenta como una o varias descargas bruscas de electricidad atmosférica que tiene una manifestación luminosa que es el relámpago y otra sonora en forma de ruido seco o retumbo sordo que es el trueno.

Las descargas con relámpago pueden producirse en el interior de la propia nube, salir de una nube a otra o alcanzar el suelo, en cuyo caso recibe el nombre de rayo. No está constituido por una chispa única sino por varias descargas sucesivas que recorren el mismo camino en brevísimo intervalo de tiempo.

Los rayos son causas directas de muchas muertes al año y desencadenan efectos secundarios como incendios, especialmente en las zonas forestales. Por esta razón, se presta una especial atención a la predicción y vigilancia de los fenómenos tormentosos.

La nube característica de la tormenta es el Cumulunimbo de aspecto negruzco y espeso y de gran desarrollo vertical. Estas nubes pueden dar lugar a lluvias intensas, a veces con granizo y con fuertes rachas de viento.

Para que se forme una tormenta se debe cumplir que exista una masa de aire muy inestable con violentas corrientes ascendentes y que además haya suficiente humedad que permita la condensación y por tanto la formación del Cumulunimbo.

Las tormentas tienen un ciclo de vida que comprende tres fase: Formación, maduración y disipación. En la formación, las corrientes ascendentes son muy activas, especialmente cuando se alcanza el nivel de temperatura de 0º, lo que hace crecer a la nube hasta que el agua o hielo que contiene no puede ser sostenido por las corrientes ascendentes y comienzan a precipitarse, en cuyo momento se alcanza la fase de maduración, en el que todavía existen algunas corrientes ascendentes que conviven con las descendentes generando remolinos y turbulencias, especialmente en las proximidades del suelo. La disipación llega cuando sólo existen corrientes descendentes dentro de la nube lo que hace que, poco a poco, se vaya deshaciendo.

Para el pronóstico y vigilancia de las tormentas se utilizan en la Agencia Estatal de Meteorología las más avanzadas tecnologías basadas en sistemas de observación terrestre, teledetección y modelos de predicción.

Dentro del Plan FENÓMENOS METEORLÓGICOS ADVERSOS se emitirán Boletines de Aviso de tormentas al considerar que tiene una estructura organizada, lo cual supone que se prevé un ciclo de vida media superior al de una tormenta ordinaria y que sus efectos en el suelo en cuanto a lluvia y vientos caen en la categoría de fuertes, además de poder presentar granizo.

En las descargas se pueden consultar bajo que criterios se han adoptado los niveles amarillo, naranja y rojo para la jerarquización de las tormentas, así como el mapa del número medio anual de tormentas en España.

Medidas de Protección

Los rayos matan a varios miles de personas al año en todo el mundo y cientos de personas son alcanzadas por un rayo pero sobreviven, normalmente con síntomas duraderos y debilitadores.

Protección Civil, en colaboración con la Agencia Estatal de Meteorología, se encarga de informar a los ciudadanos, a través de los medios de comunicación, de aquellos fenómenos meteorológicos que pueden dar lugar a situaciones de riesgo.

Ante estas situaciones, es muy importante permanecer atento a las informaciones oficiales transmitidas a través de las emisoras de radio y de otros medios, y seguir las indicaciones que se den.

En caso de una situación de emergencia aparecerán, en esta misma página, unas recomendaciones específicas.

En general, las medidas de protección a adoptar son:

Tormentas en el campo

Ante una situación de riesgo provocada por una tormenta en el campo, es recomendable:
Buscar un lugar donde cobijarse, como un coche o un edificio, evitando permanecer al aire libre, sobre todo en praderas y lugares muy abiertos.
Si está lejos de un refugio adecuado, manténgase alejado de las masas de agua y de los objetos altos. 
Encuentre un lugar bajo o una depresión del terreno pero no se tumbe en el suelo.
Evitar permanecer en lo alto de las colinas y no refugiarse debajo de árboles, en particular si están aislados o de los mas altos.

Alejarse de alambradas, verjas, vías del tren y otros objetos metálicos, al igual que de zonas ricas en mineral de hierro.

Si va conduciendo y se ve sorprendido por una tormenta, recuerde que un vehículo cerrado puede ser un buen refugio. En todo caso, disminuya la velocidad, extreme las precauciones y no se detenga en zonas donde pueda discurrir gran cantidad de agua.

Tormentas en la ciudad

El peligro de las tormentas para las personas se produce, fundamentalmente, en campo abierto. No obstante, dentro de los núcleos urbanos también hay peligro de rayos. Por tanto, conviene tener presente que:

En la calle, el abrigo de los edificios protege del riesgo de las descargas.

Dentro de casa, hay que cuidar que no se produzcan corrientes de aire, pues éstas atraen los rayos. De ahí la recomendación de cerrar puertas y ventanas en caso de tormenta. Igualmente, se debe evitar tomar un baño o ducha, ya que el agua es una buena conductora en caso de tormenta eléctrica.

También conviene proteger los electrodomésticos, ordenadores, etc. … desenchufándolos para evitar que sean dañados por una subida de tensión o que ocasionen descargas eléctricas.