El papa Francisco nos ha hecho un
valioso regalo de Navidad: su documento
programático titulado “La alegría del Evangelio”. Supone, en muchos aspectos,
una revolución copernicana para la Iglesia. De tal manera, que los grupos eclesiales más
conservadores lo han visto con suspicacia y con recelo. Un periódico italiano, “Il
Foglio”, escribía hace poco: “Este papa no nos gustas, está cambiando la
religión. No toleramos sus palabras: “Yo creo en Dios, no en un Dios
católico”. La exhortación papal analiza
los problemas de la sociedad actual y de la Iglesia católica. Señala unas lúcidas pistas para ir haciendo presente
un mundo más justo y fraterno, combatiendo –señala Francisco- la “cultura del descarte”, esto es, de la
marginación y de la exclusión. Pretende, al mismo tiempo el impulsar una Iglesia de la misericordia y de la compasión, más de acuerdo con el camino abierto por
Jesús.
valioso regalo de Navidad: su documento
programático titulado “La alegría del Evangelio”. Supone, en muchos aspectos,
una revolución copernicana para la Iglesia. De tal manera, que los grupos eclesiales más
conservadores lo han visto con suspicacia y con recelo. Un periódico italiano, “Il
Foglio”, escribía hace poco: “Este papa no nos gustas, está cambiando la
religión. No toleramos sus palabras: “Yo creo en Dios, no en un Dios
católico”. La exhortación papal analiza
los problemas de la sociedad actual y de la Iglesia católica. Señala unas lúcidas pistas para ir haciendo presente
un mundo más justo y fraterno, combatiendo –señala Francisco- la “cultura del descarte”, esto es, de la
marginación y de la exclusión. Pretende, al mismo tiempo el impulsar una Iglesia de la misericordia y de la compasión, más de acuerdo con el camino abierto por
Jesús.
Nosotros, los hispano hablantes, estamos de enhorabuena
pues ha sido la primera vez en 2000 años
de historia, en que un papa escribe directamente
un documento en castellano, (con algún
que otro modismo argentino). Francisco anima a todos, obispos y laicos, para
que “apliquen con generosidad y valentía
las orientaciones de este documento sin prohibiciones ni miedos” (nº 33). Porque este documento
pretende “indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años”
(nº 1).
pues ha sido la primera vez en 2000 años
de historia, en que un papa escribe directamente
un documento en castellano, (con algún
que otro modismo argentino). Francisco anima a todos, obispos y laicos, para
que “apliquen con generosidad y valentía
las orientaciones de este documento sin prohibiciones ni miedos” (nº 33). Porque este documento
pretende “indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años”
(nº 1).
En este
escrito Francisco nos dice que el hecho de que el Hijo de Dios
se hace carne en cada Navidad, nos
invita a todos a participar en “la revolución de la ternura”, una expresión
inédita en el lenguaje pontificio. Les trascribo varias frases textuales
de las
sugerentes palabras de Francisco en el nº 87 y 88 del documento que comentamos:
escrito Francisco nos dice que el hecho de que el Hijo de Dios
se hace carne en cada Navidad, nos
invita a todos a participar en “la revolución de la ternura”, una expresión
inédita en el lenguaje pontificio. Les trascribo varias frases textuales
de las
sugerentes palabras de Francisco en el nº 87 y 88 del documento que comentamos:
“Hoy, que las
redes y los instrumentos de la
comunicación humana han alcanzado desarrollos inauditos, sentimos la
necesidad de transmitir la mística del vivir juntos, de mezclarnos, de
encontrarnos, de tomarnos de los brazos, de apoyarnos, de participar en esa
marea algo caótica que puede convertirse en una verdadera experiencia de
fraternidad, en una caravana solidaria…Salir de si mismo y unirse a otros hace bien….No
tratemos de escapar de los demás hacia la privacidad cómoda… No olvidemos la
dimensión social del Evangelio…El Evangelio
nos invita siempre a correr el riesgo
de encontrarnos siempre con el rostro del otro, con su presencia física que
interpela, con su dolor y sus reclamos…, con la alegría que contagia un constante
cuerpo a cuerpo…, a la reconciliación con la carne de los otros. El Hijo de
Dios, en su encarnación, nos invita a la revolución de la ternura”.
redes y los instrumentos de la
comunicación humana han alcanzado desarrollos inauditos, sentimos la
necesidad de transmitir la mística del vivir juntos, de mezclarnos, de
encontrarnos, de tomarnos de los brazos, de apoyarnos, de participar en esa
marea algo caótica que puede convertirse en una verdadera experiencia de
fraternidad, en una caravana solidaria…Salir de si mismo y unirse a otros hace bien….No
tratemos de escapar de los demás hacia la privacidad cómoda… No olvidemos la
dimensión social del Evangelio…El Evangelio
nos invita siempre a correr el riesgo
de encontrarnos siempre con el rostro del otro, con su presencia física que
interpela, con su dolor y sus reclamos…, con la alegría que contagia un constante
cuerpo a cuerpo…, a la reconciliación con la carne de los otros. El Hijo de
Dios, en su encarnación, nos invita a la revolución de la ternura”.
Sin duda, que
hace un siglo, estas palabras habrían sido calificadas, por los cancerberos o guardianes
severos de la ortodoxia vaticana, si no como heréticas, al menos como “piis auribus
male sonanti”, (escandalosas para unos
oídos piadosos). Pero, gracias a Dios y a Francisco, las cosas van cambiando.
hace un siglo, estas palabras habrían sido calificadas, por los cancerberos o guardianes
severos de la ortodoxia vaticana, si no como heréticas, al menos como “piis auribus
male sonanti”, (escandalosas para unos
oídos piadosos). Pero, gracias a Dios y a Francisco, las cosas van cambiando.
¡Qué buen
programa para estas navidades y para el año que vamos a estrenar!
programa para estas navidades y para el año que vamos a estrenar!
Les deseo a todos una feliz Navidad, en la que tomemos
impulsos para hacer más presente en nuestros ambientes “la revolución de la
ternura”.
impulsos para hacer más presente en nuestros ambientes “la revolución de la
ternura”.
José Sánchez Luque
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