ADIPA muestra una gestión ejemplar durante el confinamiento

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La Asociación de Discapacitados Psíquicos de Antequera y su comarca tomó la iniciativa de comenzar con las medidas de prevención incuso antes de la declaración del estado de alarma, aun así, gran parte, tanto de sus trabajadores, como de sus usuarios, siguen desarrollando las actividades y tareas que se venían haciendo de manera regular.

El actual estado de alarma y el confinamiento que suma ya en España la quinta semana, comienza a ser complicado para gran parte de la población. Son muchos los colectivos que han visto truncados sus planes y actividades debido a la pandemia derivada del virus Covid19, la comunidad escolar, el colectivo del deporte o los artistas son algunos de los primeros que se nos vienen a la mente. Sin embargo, no podemos olvidarnos  del colectivo de los discapacitados, un  sector de gran relevancia en la población. Por ello, el gerente de la Asociación de Discapacitados Psíquicos de Antequera y de su Comarca (ADIPA), Miguel Ángel Ruiz Calderón, ha narrado cómo se llevó a cabo la acogida de las medidas de prevención y cómo viven a día de hoy, tanto los usuarios de la Asociación como sus familiares esta situación de confinamiento, cómo se actúa desde el seno del colectivo y cómo fueron afrontando las diferentes fases desde el pasado 14 de marzo.

«Esta situación se acogió con bastante preocupación, el colectivo al que engloba la entidad es de alta vulnerabilidad ante estos acontecimientos», ha comenzado exponiendo el gerente, «es verdad que desde un primer momento, antes  de que saliese la orden el 14 de marzo, ya comenzamos a tomar medidas en la entidad, pues el 2 de marzo la empresa de prevención de riesgos laborales nos envió un protocolo de actuaciones a tomar y así lo hicimos». Un número reducido de personas en las aulas, un mayor distanciamiento entre ellos, aumentar la higiene, el lavado de manos cada dos horas y la petición al equipo de limpieza de ser más exhaustivos, fueron algunas de las precauciones que comenzaron a ponerse en marcha en los distintos centros de la asociación, «asimismo, empezamos a mantener contacto con las familias de los usuarios, les explicamos los riesgos y muchos de ellos tomaron la decisión de retirar a su familiar del centro durante este periodo, poco después aislamos los centros, evitando que los familiares viniesen a vernos y así impedir una posible propagación del virus entre nuestros usuarios».

La junta de Andalucía, posteriormente, cerró los centros de día, por lo que aquellos que se encontraban hasta entonces en  el centro ‘Antonio Rodríguez’, de la asociación, tuvieron que volver a sus casas, «por el contrario, la entidad tiene otras actividades y otros centros que siguen funcionando con total normalidad, como la residencia y las dos viviendas tuteladas de Antequera, en la que cada una hay diez usuarios». Además las actividades y tareas de los usuarios siguen funcionando, así como muchos de los servicios que ofrece ADIPA, «aunque se han reducido considerablemente, por ejemplo, el mantenimiento de jardines se ha reducido en un 50 por ciento, el reciclado de plástico en un 30 por ciento,  otras se han cerrado, como el quiosco de las flores, y otros, sin embargo, no han sufrido cambios, como la l limpieza viaria en la ciudad o en Bobadilla».

En cuanto a los usuarios que permanecen estos días en casa, tanto los directores de los centros, como la psicóloga y el trabajador social, semanalmente contactan con ellos para ver cualquier necesidad que puedan presentar, resolver dudas a las familias y conocer cualquier conflicto que haya podido ocasionarse. «En las viviendas tuteladas, los cuidadores están haciendo constantemente manualidades, trabajos, videos y talleres, los responsables de las actividades multideporte y psicomotricidad semanalmente les mandan videos para que ejerciten y no tengan el sedentarismo que puede ocasionar este estado», ha añadido Ruiz Calderón. «Por otro lado, se ha puesto a disposición de la Junta las instalaciones de nuestro centro de día ocupacional ‘Antonio Rodríguez’ para aquellos usuarios con discapacidad que un momento dado puedan tener determinadas dificultades en el caso de que no tengan con quien dejarlos o de que alguno de los familiares contraiga el virus, lo que desaconseja el acercamiento a personas de este colectivo, que por lo general, pueden presentar más dificultades en su recuperación», ha concluido.