Antequera se sumará el próximo 10 de julio a los actos programados en todo el país para recordar la figura Miguel Ángel Blanco, con motivo del vigésimo aniversario de su muerte a manos de la banda terrorista ETA.
“La conciencia despierta” es el lema de esta conmemoración que en la ciudad tendrá lugar en los jardines que llevan el nombre de quien fuera concejal del Partido Popular en Ermua (Vizcaya) -en la calle Avenida Blas Infante, junto a la Urbanización Los Alminares- a partir de las 21:00 horas.
Durante el acto se hará una ofrenda floral en el monolito inaugurado el pasado enero y se leerá un manifiesto en el que estará muy presente el denominado “Espíritu de Érmua” que se forjó durante los días en los que miembros de ETA secuestraron y dispararon a Miguel Ángel Blanco, que acabó finalmente falleciendo el 13 de julio. Entre las personas que asistirán estará una antequerana, cuyo marido, escolta del dirigente socialista Txiki Benegas, fue víctima de la banda terrorista en un atentado.
Según ha dado a conocer este viernes el alcalde de Antequera, Manolo Barón, ha sido este 2017 cuando se ha tenido constancia de este hecho, dado que la mujer, durante varios años estuvo residiendo fuera de su ciudad natal, donde reside hoy en día. La Biblioteca de San Zoilo cuenta ya con libros y otras monografías donde se repasa parte de la historia de la banda terrorista y sus acciones violentas, en las que están recogidas esta víctima.
Justicia y libertad
Para Barón, aquellos días de mediados de julio significaron un antes y un después en la lucha contra ETA, y sobre todo de la sociedad por “reivindicar la dignidad y la justicia para vivir en un país con libertad”.
El alcalde ha recordado como la manifestación que tuvo lugar en Antequera como rechazo al secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, como en tantas localidades del país, fue más grande que se había registrado en la historia de la ciudad. “La calle Infante don Fernando estaba absolutamente atestada de gente”, ha comentado de una marcha en de la que ha asegurado que vio llorar a mucha gente y muchas voces que pedían “libertad, democracia y justicia”.
Barón está convencido de que ese grito unánime de “basta ya” fue un clamor que supuso el principio del fin de ETA. Del comienzo de una seguridad de la que hoy se goza, gracias también al esfuerzo de los cuerpos de seguridad del estado y de la policía vasca.