Cada vez son más frecuentes los pedidos que recibe ‘Mi Mantilla’ desde otros puntos de Andalucía, España, Europa e incluso sudamérica
La teniente de alcalde delegada de Cultura y Tradiciones, Elena Melero, y la gerente de Mi Mantilla, Sensi Sevilla, han informado en rueda de prensa sobre las peculiaridades más características de esta tradición andaluza y española que ya está sobrepasando fronteras. Ya en puertas de la Semana Santa, vestir de Mantilla es una tradición que en los últimos años se ha potenciado cada vez más tanto en lo que respecta al acompañamiento en procesiones o en la vestimenta típica del Jueves y Viernes Santo.
El Domingo de Ramos con la Pollinica será el primero de los días en que los desfiles procesionales tendrán cuerpo de mantillas, recuperándose en esta ocasión durante el primer día de la Semana Santa de Antequera. La peculiaridad será el color de la mantilla, blanca o beige, con vestido de color. El Martes Santo con el Rescate, el Miércoles Santo con el Mayor Dolor, el Jueves Santo con los Servitas y el Consuelo y el Viernes Santo con la Soledad serán las otras citas de las Mantillas antequeranas con las procesiones de la Semana Santa.
El atuendo en estos últimos casos, desde el Martes Santo, será de riguroso negro, todo con discreción cubriendo la rodilla en lo que al vestido se refiere y sin escotes al ir de luto. La media será lisa de color negro, al igual que los zapatos a llevar. La peina y la mantilla, negras también tratando de colocarse lo más recta posible. Hasta el Jueves Santo, podrá ir el rostro despejado; el viernes, cubriendo el cabello. Todo rematado con un maquillaje discreto.
Esos son los consejos que aporta Sensi Sevilla, responsable de la firma antequerana Mi Mantilla que está siendo un auténtico reclamo a nivel andaluz y español en lo que respecta a la vestimenta de esta tradición, e incluso recibiendo pedidos y visitas de otras partes de Europa y sudamérica.
Por su parte, la teniente de alcalde Elena Melero ha animado a las mujeres antequeranas a ataviarse de Mantilla para seguir potenciando así una tradición cada vez más viva y perenne durante la Semana Santa, ya sea en procesiones o durante las jornadas particulares del Jueves y Viernes Santo.