Iluminación ornamental de la Alcazaba de Antequera

La iluminación ornamental de la Alcazaba y de la Iglesia Colegial y Mayor Parroquial de San Sebastián de Antequera se apagarán el próximo 25 de marzo, a partir de las 20:30 horas. De esta manera quiere sumarse el Ayuntamiento a la denominada Hora del Planeta, que promueve el Fondo Mundial por la Naturaleza (WWF).

«El Planeta primero. Que nadie te pare» ha sido este año el lema elegido por la organización para recordar la entrada en vigor al finales del 2016 del «Acuerdo de París», con el que se quiere promover un cambio en el modelo energético actual, y del que aseguran ha comenzado su desarrollo, gracias a las iniciativas «positivas y brillantes» que se están llevando a cabo todo el Planeta.

Eso sí, desde WWF recuerdan que el cambio climático sigue avanzando y que por lo tanto hay que acelerar las medidas y evitar cualquier retroceso sobre lo conseguido hasta ahora. «Juntos somos más fuertes y nuestra voz puede llegar muy lejos cuando marchamos unidos en defensa del Planeta. Únete a esta marcha imparable», subrayan desde la web del evento, desde donde piden a los ciudadanos que se una.

Cientos de monumentos, edificios emblemáticos y espacios públicos de todo el mundo dejarán de iluminarse durante una hora el próximo sábado también para concienciar a la ciudadanía sobre la necesidad de actuar para reducir las emisiones contaminantes y seguir trabajando para contra el cambio climático.

En este sentido, el concejal de Medio Ambiente, Juan Álvarez, ha destacado la renovación integral del alumbrado público que se ha hecho en todo el municipio, «un proyecto muy valioso para disminuir el consumo energético y reducir las emisiones contaminantes a la atmósfera».

En concreto, el cambio de más de 4.000 luminarias por modelos que usan tecnología led ha supuesto un ahorro energético de 2.184.000 kilowatios hora por año, así como dejar de emitir de 840.840 kilogramos de dióxido de carbono.

Además de un menor gasto en energía eléctrica, otro de los factores que ayudan a reducir la contaminación con las nuevas luminarias es su mayor duración. Con ello se evita tener que instalar decenas de nuevas bombillas cada año, ya que cada farol de los anteriores podía llegar a gastar dos por ejercicio.

Igualmente, los faroles que se fueron instalando por la ciudad y sus anejos están diseñados para la reducción de la contaminación lumínica, ya que dejan escapar menos de 1% hacia el hemisferio superior.

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