Emoción a flor de piel en la iglesia del Carmen con su devoción y amor por la Virgen de la Soledad

El antequerano, cofrade y presentador de televisión, Antonio Jesús Palomo, pregonó la Semana Santa de Antequera este pasado sábado 25 de marzo en la iglesia del Carmen, templo que le ha visto crecer al formar parte desde niño de la cofradía de la Soledad, siendo un gran devoto de su Virgen, quien le estuvo acompañando una vez más y como siempre, en todo momento. «Madre de la Soledad, me recordaste que hay tantas personas que tienen que vivir cada día solas, porque se quedaron sin familia, porque sus familias se olvidaron de ellas, porque el estrés diario les dejó solos. No nos dejes solos, no me dejes solo. Ya son 20 años junto a ti, aunque 30 desde que por primera vez te vi y a pesar de ser muy pequeño ya sabía desde los barrotes de mi balcón que siempre estarías ahí y nunca nos dejarías solos, nunca dejarías solo a tu pueblo de Antequera», pronunció visiblemente emocionado.

Y es que aunque el pregonero hizo un repaso por cada estación de penitencia, fue su adoración y devoción a su querida Virgen de la Soledad lo que hizo que el público prorrumpiera en aplausos y lágrimas, al igual que el protagonista de la noche.

El pregón también fue un testimonio sobre el amor que le profesa a Antequera y lo que «siente cuando llega la primavera». «Nunca es igual cada año, es diferente, cada momento tendrá otra perspectiva, pero su mirada será la misma y ahí estarás tú, fiel testigo de nuestra historia, desde la Cueva de las Suertes, pasando por nuestros Dólmenes y aquella Antikaria, Antakira, Antequera siempre será la misma, aunque el momento sea diferentes, fuimos los elegidos en habitar y en proseguir con tu historia porque todo sucederá en nuestra tierra, todo sucederá en ti, querida Antequera«.

«Antequera, corazón de Andalucía, reina y sultana del embrujo de nuestros ancestros, de la magia que por la noche dejan tus calles en las que tantas personas dejaron su tiempo y soñaran con volverte a ver. Antequera escenario de la Pasión que tantos anhelan durante el año, de volverles a encontrar de volver a ver su túnica sagrada, de jugar con el tintineo de su palio en nuestras miradas y que ese brillo del entusiasmo nunca se pierda, desde el más pequeños hasta con quien el reloj juega a que sus manecillas no sigan avanzando».

Sobre el acto

La encargada del preludio musical fue la Banda de Música de Nuestra Señora de la Soledad de Mena, estrechamente vinculada a la cofradía de La Soledad de Antequera. De hecho, el propio programa de marchas que interpretaron fue seleccionado a nivel personal por el propio pregonero.

El cronista de la Agrupación de Cofradías, Félix Jiménez, fue el encargado de presentar el acto y el pregonero de la Semana Santa 2022, Manuel García de la Vega, el que pasó el relevo a Palomo.

«Una experiencia muy bonita»

En la misma noche que fue nombrado pregonero, Antonio empezó a esbozar la idea de cómo quería que fuese el pregón. Cuatro meses más tarde y tras muchas horas de dedicación, lo terminó. Y es que el haber estado acompañando prácticamente a todas las hermandades en sus cultos ha sido una gran fuente de inspiración para el joven. «Han sido unos días de encuentro con Dios, de conocer más la labor de nuestras cofradías y hermandades, de volver a reencontrarme con Cristo y nuestra Madre en cada una de las iglesias y eso me ha ayudado muchísimo para hacer el pregón», explicó.

Un pregón que ha sido complicado de elaborar pero a la vez muy satisfactorio «porque al final es hablar de una Semana Santa con muchos siglos de historia, tradición y de la que forman parte muchas personas», aclaró.

El discurso también estuvo enfocado en la situación que actualmente vive la sociedad, poniendo en valor la importancia del tiempo. «No es el pregón que pensé cuando niño. La pandemia nos ha hecho ver que cada momento es único, que hay que disfrutarlo y saberlo aprovechar, y ese es uno de los mensaje que he querido lanzar. Que vivamos la Semana Santa y cada instante», expresó.

«Ha sido una experiencia muy bonita», concluyó, agradeciendo a las cofradías el que «siempre me hayan tenido la puertas abiertas» a raíz de su relación personal con cada una.