El pasado 19 de diciembre se cumplían 50 años de la partida de un hombre bueno , don Isidro Montoro Navarro. La Ciudad del Torcal lo acogió como madre en 1935 , al finalizar sus estudios de medicina en la Facultad de la ciudad de la Alhambra.
Aunque nacido en Purchil (Granada) en 1910 , fue un antequerano más, primero por su condición de médico en nuestra Ciudad , segundo por contraer matrimonio con una antequerana , y lo más importante, por querer a los antequeranos y hacerse uno más de ellos.
Por dónde paso dejo huella tanto en su breve paso por el Consistorio (1965-1966), tanto en el Hospital de San Juan de Dios. Como ginecólogo aportó esperanza poniendo el alma y el corazón haciendo el mundo que le rodeaba más humano a través de la medicina, y , como primero de los antequeranos dejó semillas importantes que son como ese pequeño grano de mostaza que cuando crece llega a ser la más alta de las hortalizas.
Responder a las necesidades y sufrimientos de los hombres fue para él una necesidad imperiosa.
Lo que le movió en su actividad como médico no fue solamente el deber profesional si no la conciencia de que como hijo de Dios estaba en el mundo para obrar según sus planes y para llevar con amor su oficio de ginecólogo. Fue un pionero en la denominada humanización de la medicina , que hoy se tiene como condición necesaria del profesional sanitario.
Trató a todo el mundo con máximo respeto, delicadeza y dignidad , ya se tratara de una aristócrata o de una gitana pues todos somos dignos a los ojos de Dios. Sé que no se le ha reconocido lo bastante pero allá en el Cielo , Dios lo tendrá en unión a otras almas a buen seguro.