Hacía veinte años que no entraba en aquella plaza. En aquel entonces, la primera vez que la vi, estaba cubierta por los coches. Coches aparcados en todo el perímetro y coche circulando. ahora estaba absolutamente despejada de vehículos. Con la salvedad del consabido trenecito turístico. ¿Qué había pasado en la Plaza Mayor de Trujillo?

Pues tal vez hubo un momento en que se impuso la seducción de lo racional: si tienes una obra de arte en tu casa no la usas para apoyar la escoba y la fregona. Si tienes una joya monumental en tu ciudad no te empeñas en afearla.

En Antequera hemos tenido en los últimos años una dubitativa manera de enfocar el modelo de ciudad. Sí a peatonalizar el centro, pero sólo la puntita. Sí a hacer accesible a pie el conjunto histórico, pero sólo un poquito. Sí a implicar al comercio, pero con la boca pequeña. Y en tiempos recientes, ¿para qué queremos una calle peatonal pudiendo llenarla de coches?

El ejemplo de Trujillo es el de otras muchas ciudades medias españolas. Toledo ya vivió su debate hace décadas, al igual que buena parte de los núcleos urbanos castellanos más importantes. El resultado ha sido similar en la gran mayoría de los casos: restricción del tráfico a residentes, vehículos de emergencias y suministros comerciales; zona azul en el perímetro. Y construcción de edificios de aparcamientos, allí donde ha sido posible.

La clave es aunar intereses y tener el atrevimiento de plantear medidas que ya han sido un éxito en muchos otros lugares. Un conjunto histórico peatonalizado atrae a los turistas. Los turistas gastan dinero en sus visitas. El comercio se beneficia. El Ayuntamiento dispone de más ingresos. Los ingresos se invierten en las calles de todo el municipio. Los residentes disponen de acceso a sus domicilios y de mejoras en su entorno. Toda la población esta satisfecha porque puede disfrutar en su mayor medida de su ciudad.

Sí, es verdad: el cuento de la lechera. Pero hay muchos cantaros sin romper en el ancho mundo. Ya no son tiempos para arriesgar en dinero, arriesguemos en conceptos.

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