Desde que éramos niños nos contaron ya el cuento de la Navidad. Era un cuento lleno de imágenes, colores, sonidos y olores que algunos de nosotros aún tenemos guardados en el cajón de nuestra memoria.

El cuento comenzaba con el anuncio de las vacaciones, nacimientos, lucecitas de colores, villancicos….y luego ya seguía con la gran cena del dia de la Nochebuena, la familia reunida (sin poder evitar en muchas ocasiones las grandes o pequeñas disputas entre los miembros de la familia). Una mesa adornada, un mantel bonito, bolitas de colores, velitas, la vajilla de las ocasiones especiales y sobre los platos los cadáveres de nuestros pequeños hermanos animales: langostinos, besugo, cordero, pavo, pato….todo bien adornado, que no se note que está muerto hace ya días, bueno, muerto no, asesinado es mas acertado decir.

Licores, turrones, dulces….regalos para todos….el cuento de la Navidad.

Y qué era lo que se celebraba?, alguien lo llega a recordar?: el nacimiento de un niñito en un pobre pesebre de Belén, un niñito que parece que nunca creció, nunca llegó a hacerse hombre, año tras año siempre estaba en su año cero, no podía hablar, era aun demasiado pequeño, siempre recién nacido, sin voz ni voto.

Ese niñito era el hijo de Dios, y allí dándole calor, además de sus padres estaban los animales que le acogieron. Seguro que hoy habrían acabado en el matadero para convertirse en el menú especial de los que celebran Su cumpleaños, la gran fiesta de la matanza.
Año tras año, siempre la misma cantinela: lucecitas, villancicos, portalillos, compras desmesuradas, siempre el mismo cuento año tras año.

La Navidad, la fiesta que simbolizaría el nacimiento de La Luz y de la Paz convertida en la fiesta pagana del atiborramiento y de la idolatría. Siempre el cuento de la Navidad, año tras año, siempre la misma cantinela.

Para terminar me vienen a la memoria unos versos del poeta León Felipe:
“…he visto que la cuna del hombre la mecen con cuentos
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos
que los huesos del hombre los entierran con cuentos
y que el miedo del hombre ha inventado todos los cuentos….”
Ha llegado la hora del despertar.
¡DEJÉMONOS DE CUENTOS!

Mar Montes