Cuando hablamos de animales domésticos la mayoría de las personas coincide en que tienen algo más que instintos. ¿Pero qué sucede por ejemplo con los animales salvajes o con los animales de granja? Ralf y Andreas, cuidadores de animales en la Tierra de la Paz de la Fundación Gabriele, nos cuentan algunas experiencias propias así como noticias relacionadas con el tema. Ellos relataron lo siguiente: Respecto a sí los animales tienen sentimientos, hemos traído el interesante libro «Nuestros prójimos más cercanos. Aprender de los chimpancés lo que significa ser un ser humano». El autor es Roger Pods, profesor de sicología y antropología y un destacado experto en comunicación con los primates, siendo su trabajo pionero ya que fue el primero en enseñar a diferentes animales el lenguaje de signos, usado hasta el momento por sordomudos. De esta forma pudo investigar mucho mejor las emociones de los animales y sus sentimientos.
Algunas especies animales llegaron a contar con un lenguaje de más de 120 palabras. El ejemplo de Bachue se difundió mediáticamente por todo el mundo. Se trataba de una chimpancé hembra que fue la primera en aprender a comunicarse a través del lenguaje de signos, con el que logró un avanzado nivel de comunicación. Sin embargo como madre era menos afortunada, su primer hijo murió al poco de nacer, y tres años más tarde dio a luz a un segundo hijo, que por desgracia también murió, por lo que Baschue estaba inconsolable. Estaba tan triste que sus cuidadores llegaron a preocuparse seriamente por ella, tomando la decisión de que tal vez podrían buscarle un hijo adoptivo, y encontraron a Lulis, una cría de diez meses. A través del lenguaje de signos le comunicaron que iba a recibir un nuevo bebé, noticia por la que Bachue se puso tan nerviosa que se le erizó el pelo mientras recorría el cercado de lado a lado. Y andando a dos patas decía una y otra vez a través del lenguaje de signos «Bebé, bebé!».
Su alegría era evidente y fácilmente perceptible, un rasgo en principio sólo aplicado a los humanos. De esta forma podemos comprobar cómo la chimpancé Bachue, además de ser capaz de comunicarse con los humanos y de posteriormente ser capaz de acoger y adoptar a una cría ajena, también es capaz de sentir alegría y pena por una maternidad frustrada pero más tarde conseguida. Por lo tanto a la pregunta de si los animales tienen sentimientos, la respuesta definitivamente es sí.