La cuesta de San Judas fue un punto casi obligatorio para todo aquel que quiso subir hasta la Plaza de Santa María donde le esperaba el ‘Antequera Blues Festival Cambayá 2015’. Una vez que lograbas subir, El Arco de los gigantes te daba la bienvenida y de fondo el escenario, la Iglesia de Santa María perfectamente iluminada y el grupo haciendo sonar su música.

Muy pocos asientos había vacíos para los que optaron por venir más tarde de las 11. Sin embargo, la gente siguió llegando porque como Alex O. dice «el ambiente» merece la pena. Alejandro R. es un asiduo al Festival, con tan sólo 20 años, reconoce que él es más de rock, pero a la vez también le gusta mucho el blues y el jazz. Así que las expectativas eran altas, Héctor, de 16 años, esperaba «escuchar buena música».

El público que llenó la plaza era de todo tipo, tal y como vaticinaba Alejandro T. Una audiencia que se volcó con los músicos y vivió la canción ‘I can´t stop loving you’ que interpretó el grupo más veterano de blues en España: La ‘Blues Band de Granada’, primeros en pisar el escenario. Banda, que representada en su vocalista dió las gracias por haber contado con ellos para participar un año más.

Un enclave mágico donde se unieron perfectamente blues y espacio. No sólo se pudo disfrutar de buena música sino que las vistas de la ‘Peña de los Enamorados’ enamoraba por sí misma. Tal y como cuenta Cristina Rubio, que aunque admitió que era la primera vez que iba al Festival y no sabía muy bien qué se iba a encontrar, aún así, sabía que iba a “pasar un buen rato”, donde disfrutar de las vistas que le encantan.

Aunque el blues es un tipo de música más de “tranquileo” como la definió Alex O. logró que más de uno se levantase de la silla para corear a viva voz la letra de las canciones.

Dos días de Blues que atraparon a los antequeranos y a todo el que quiso acercarse a la Plaza Santa María para escuchar de cerca a grupos como ‘Q & The Moonstones’, ‘Edu Big Hands & Whiskey Trend’, la ‘Blues Band De Granada’, ‘Mike Vernon’ y ‘Los García’.

Más de seis horas de buena música blues que dejó con ganas a muchos de los presentes y que ya bajando la Cuesta de Judas comentaban sobre la próxima edición del 2016.

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