Uno de los participantes en la ruta palpa una de la especies arbóreas del Caminito.

El Caminito del Rey no es un paraje natural que únicamente se pueda disfrutar mediante la vista y una excelente condición física. Así lo demostraron ayer hasta 10 personas con discapacidad visual grave del colectivo ONCE Málaga, las cuales, conducidas por sus acompañantes, conocieron los secretos del Desfiladero de los Gaitanes a través del tacto, el oído, el olfato y el gusto.

Una ruta piloto especialmente diseñada para estos usuarios les permitió vivir distintas experiencias sensoriales: apreciar el particular sonido del agua calando por los cañones; palpar gran variedad rocas calizas, areniscas o fósiles; tocar la corteza de especies arbóreas como pinos, sabinas, palmitos o algarrobos; conocer la fauna del lugar mediante los cantos de aves como las chovas o los carboneros; o transitar con sus dedos el vertiginoso sendero a través de una maqueta a escala del Desfiladero de los Gaitanes. “Es una experiencia que no se puede explicar con palabras”, repetían una y otra vez los participantes en la ruta guiada.

Los impulsores de la iniciativa pretenden que las personas discapacitadas perciban los encantos del Caminito del Rey con un recorrido adaptado a sus necesidades. “A 105 metros de altura la sensación es indescriptible y que una persona ciega pueda sentir, por ejemplo, el cimbreo del puente colgante es algo insólito”, explicó el gerente del Caminito del Rey, Francisco Campano.

La visita la dirige el arqueólogo Pedro Cantalejo. “Hemos planteado una experiencia sensorial de tal manera que las explicaciones orales sobre los valores naturales e históricos del Caminito del Rey se han completado con actividades complementarias durante la visita, potenciando los sentidos del tacto, el oído, el olfato y el gusto”.

Pese a que ésta es aún una experiencia piloto y los responsables del Caminito tendrán que valorar los resultados con detenimiento, la idea es que la práctica pueda volver a desarrollarse en el futuro y que, incluso, pueda ser permanente. “Un aspecto muy importante en el que se está trabajando es en la formación de los guías y profesionales que trabajan en el Caminito para responder a las necesidades de estos visitantes”, indicó Campano.

El objetivo final es, sin ninguna duda, seguir fomentando la accesibilidad también en espacios naturales. “Diseñar propuestas turísticas y culturales adaptadas para personas ciegas o con alguna dificultad de visión es fundamental para romper barreras, potenciar los valores sociales y fomentar la identificación cultural”, apuntó Cantalejo.

La sonrisa en la cara y los gestos de sorpresa de cada uno de los miembros de la ONCE que ayer recorrieron el Caminito del Rey denotaron que la iniciativa ha calado de manera adecuada entre estas personas. Ahora solo queda que estas rutas guiadas se mantengan en el tiempo.

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