Un gran nido con casi 800 canarios de más de 120 variedades distintas. Campillos, municipio afectado por la riada de octubre, se ha convertido en capital regional de la ornitología durante este fin de semana con motivo del décimo cuarto Concurso Exposición de Canarios donde se han dado cita más de medio centenar de aficionados, y que destinará la recaudación a los afectados por las lluvias.

El responsable de la organización, Salvador Escribano. también presidente de una asociación de apasionados de estas aves de Campillos, lleva toda la vida loco por las aves domésticas, que reciben el nombre precisamente por su origen situado en las Islas Canarias. «Empecé con palomos y he llegado a tener diamantitos, periquitos y últimamente canarios», explica mientras firma cada uno de los 168 diplomas que se repartirán los ganadores junto a sus correspondientes medallas y otros seis especiales que se llevarán trofeo. Esta última variedad le ha cautivado a él y a los participantes en el curioso concurso de belleza avícola.

De hecho Escribano ha llegado a tener 200 y ha habilitado en su hogar una habitación para albergar las jaulas de los que para él son como unos miembros más de su familia. «Esto engancha, no sé decir por qué pero a mí me han dado muchas satisfacciones personales», añade Jesús Sánchez, criador de 29 años. Tengo 32 parejas y cuando crían me he encontrado con hasta 180 canarios en casa. «No lo haces por ganar dinero», reconoce Jesús Carmona, participante de Estepa (Sevilla). «Me han llegado a ofertar por un campeón 250 euros», confiesa.

Tras unos minutos se llega a comprender el esfuerzo realizado por los seis jueces que invirtieron más de cinco horas en puntuar a todos los ejemplares participantes. Paco Bello, veterinario cordobés mientras muestra su aportación al concurso, «es un canario miniatura, he ganado un premio». El canario de Bello ha sido el que más se ha ajustado en la modalidad de postura miniatura al estándar. Precisamente estos cánones de belleza avícola han sido los que han puntuado los citados jueces, algunos homologados para certámenes internacional por la Confederación de Ornitología de Andalucía. «Se mide el color, el volumen, la altura, la postura que adopta en la rama de un árbol o la calidad del plumaje», añade Sánchez.

En definitiva, como si fuera un gigantesco árbol las cientos de aves revolotean cada una en su jaula mientras Escribano el presidente va explicando la gran cantidad de variedades que existen: «habían catalogada 250 hace años, pero actualmente se ha multiplicado por el trabajo de los criadores». Escribano alude al momento álgido del año para un criador. El apareamiento. Suele ocurrir en la primavera cuando comienza el proceso. Se adquiere una jaula más grande donde se echan las parejas. «Tienes que ponerle bizcocho o un tipo de comida así especial», explica Escribano en relación a un tipo de masa elaborada con los mismos ingredientes que el dulce para humanos y que es uno de los secretos mejor guardados de los buenos criadores.

Y es que las aves necesitan un mimo especial durante el momento de la cría. «Los pones ahí con los nidos y es todo muy natural», añade Ignacio Morilla. «Voy a comprar algunos y a ver si me crían». En un corto espacio de tiempo, las parejas de Morilla usarán un nido artificial donde lo acomodarán con plumas y restos como en un árbol. El milagro de la puesta de huevos se volverá a producir, como el de la recuperación de la comarca que vivió el drama de las inundaciones y que este fin de semana se ha inundado, pero de canarios.