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Desde siempre el ser humano ha querido vivir más, tenemos un
miedo a la muerte bastante marcado, pero eso es así, somos seres biológicos… Queremos
retrasar el momento de la muerte. Y ahora vamos a ver que no se trata de
prolongar el envejecimiento.
Los avances científicos han permitido en los últimos años
que podamos soñar con retrasar este proceso. E incluso, podríamos ir más allá:
tratar de no envejecer nunca, de permanecer jóvenes durante más años. En otras
palabras, encontrar el elixir de juventud.
Todos moriremos algún día. Aceptar esta condición tan natural de la vida es asumir un proverbio antiguo, enunciado como “memento mori”:
recuerda que vas a morir. Aquí de lo que se trata es de retrasar el envejecimiento, manteniendo
en lo posible una salud óptima.
El trabajo ha sido realizado por científicos de
la Universidad de Harvard, contando con la colaboración del MIT,
además de diversos centros de I+D de Australia y Portugal. Su objetivo se ha
centrado en el estudio de la mitocondria, la auténtica fábrica de energía de
nuestras células. Y es que desde hace años se han relacionado posibles lesiones
de este orgánulo con problemas relacionados con el envejecimiento, tales como
las cardiopatías, el mal de Alzheimer o el Parkinson.
 Las causas de los defectos mitocondriales, que
provocan en cierta medida el desarrollo del envejecimiento, aún no están
claras. El equipo de científicos exploró en esta ocasión las lesiones asociadas
al sistema OXPHOS, una especie de maquinaria de la mitocondria que sirve
para producir ATP mediante la oxidación de nutrientes. Este ATP es la moneda
energética que usan cada día el conjunto de nuestras células.
En esta auténtica ruta metabólica celular, los
investigadores observadores cómo eliminar la proteína SIRT1 (la conocida
sirtuína-1) aceleraba el envejecimiento de los ratones, modelo animal usado en
el estudio. Estas moléculas biológicas son famosas en la comunidad
científica, pues ensayos anteriores asociaban estas proteínas a un mayor o
menor grado de envejecimiento celular.
Los ratones pasaban de una edad biológica de 2 años a
parecer que solo tenían 6 meses. La novedad del presente artículo se basa en
entender que el aumento de los niveles de NAD+ lograba revertir algunos de
los signos del envejecimiento en ratones. En particular, la inyección de este
compuesto en los animales lograba en cierta medida retrasar el paso del tiempo.
Los roedores que anteriormente tenían 2 años pasaban a presentar síntomas de
haber rejuvenecido radicalmente: comenzaban a parecer ratones de solo 6 meses.

Sus resultados, aunque se han demostrado en animales,
podrían abrir nuevos caminos en la batalla científica contra el envejecimiento. La medicina tiene mucho que darnos tiempo al tiempo…

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