Nueva oportunidad de romper su maleficio fuera de casa era la que se le presentaba al Meridano en su desplazamiento a Irún para medirse a uno de los mayores clásicos del balonmano nacional como el Bidasoa. Un partido que los antequeranos encararon con ilusión y que a poco que les hubiera acompañado la fortuna en momentos determinantes podrían haber sumado los puntos.

Un primer tiempo de orden y estabilidad defensiva propició durante tres cuartas partes de su periodo mandar en el luminoso aunque el arreón final irunés propició el cambio de papeles (14-13).

Pocos cambios en la reanudación en la que también y durante muchos minutos los de Quino y Soler lograban, maniatar el juego local para imponer su ritmo. Hasta cinco minutos del final la mínima ventaja local (25-24), hacía pensar todo, pero un parcial local de 3-0, acabó con las ilusiones abiertas durante muchos minutos. Al final nuevo regreso de vacío (29-27).

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