Contundente la derrota cosechada en Pontevedra por un Meridiano Antequera, que de nuevo volvió a dar una triste imagen de un partido, cuanto menos extraño dado que durante tres cuartas partes del mismo estuvo metido en él, eso si, sin desarrollar ese juego exhibido en el ataque liguero de Santander. Defensa vulnerable y ataque poco resolutivo dejaron atisbos de lo mucho que le queda a Eduardo Izquierdo por tratar de hacer mejorar a los suyos que con todo estuvieron metidos en el partido con muchos minutos, especialmente en la primera mitad en las que las igualadas y las mínimas diferencias dejaban ver lo repartido de fuerzas que estaba el partido. Solamente al final leve escapada local para marcharse al vestuario (15-13).

El choque siguió bajo los mismos derroteros aunque bajo la perspectiva de saber que costaba mucho mantener el hilo del partido ante un rival que aunque líder del grupo, también manifestó sus limitaciones y al que un buen Meridiano le hubiera puesto muy cara la victoria. Con 20-20, una exclusión de Bertos propició un parcial de 3-0, que liquidó de golpe las opciones antequeranas. De ahí hasta el final el equipo se arrugó y sin capacidad de respuesta fue recibiendo un severo correctivo que en cuestión de parcial se fue hasta un 15-4, que denota la falta de actitud en esos momentos del lance en los que sin capacidad de respuesta y agarrotado el Meridiano dio la imagen que precisamente está obligado a no dar nunca en función de su prestigio.

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