Restan unos seis meses de trabajo de arqueología, albañilería y de puesta en valor con la habilitación de nuevos accesos, pasarelas e instalación de cartelería y equipamiento

El castillo de Archidona pasará de ser una zona prohibida para los viandantes a convertirse en uno de los principales reclamos turísticos del municipio en el primer cuatrimestre de próximo año 2023. Tras varios años de demora a causa de la pandemia y a la espera de las últimas autorizaciones por parte de Consejería de Cultura, esta localidad cabecera de la Sierra Norte de Málaga recuperará al completo el Bien de Interés Cultural (BIC) del Cerro de la Virgen de Gracia con la finalización de los trabajos de consolidación, restauración y puesta en valor de la parte alta de la alcazaba que comprende la muralla y el antiguo aljibe.

Las obras de rehabilitación de la segunda fase continuarán de forma inminente, pues se encuentran a la espera del último visto bueno de Cultura al tratarse de la parte más compleja. A diferencia de la primera actuación que se realizó en 2012 sobre el recinto amurallado de la parte baja de la alcazaba, en esta ocasión no se podrá construir nada nuevo, únicamente mantener lo existente. «Los criterios han cambiado. Hay algunas partes en la que se tiene que hacer una consolidación estructural, es decir, se aumenta un poco el volumen a modo de refuerzo donde hay peligro de derrumbe, y otras partes en las que solo se sellan las grietas, se colocan alguna piedra y se tapan las juntas que están en peor estado», explica la arquitecta responsable del proyecto, Inmaculada Montero.

La tercera y última fase será la puesta en valor de todo el conjunto monumental con la instalación de nuevos accesos, pasarelas, cartelería y equipamiento. El objetivo es que la tercera fase se ejecute de manera consecutiva, sin descanso entre una etapa y otra. Por lo que en total restarían seis meses de trabajos.

Una vez abierto al público, el visitante podrá contemplar desde abajo todos los muros de la alcazaba, así como subir y visitar desde arriba el monumento. Lo que se suma al gran paisaje y a las vistas «impresionantes» de la Vega de Archidona, de la Peña de los Enamorados y La Hoya que se pueden disfrutar desde esa alturas.

Por su parte, el aljibe no estará abierto al público de forma continua, sino que estará regido por visitas organizadas o bajo demanda. «La muralla y la alcazaba están abiertas sin restricción de visitas, pero el aljibe estará controlado», detalla.

Los trabajos, que se iniciaron hace algo más de un año, se ejecutan a través del programa del 1,5 por ciento Cultural con una inversión cercana al medio millón de euros que permitirán poner en valor el patrimonio cultural y religioso del pueblo en su condición como lugar estratégico y de defensa en su historia.

«Estamos ante el culmen de un BIC muy importante que a su vez va a suponer una llamada al turismo. Vamos a terminar toda la parte histórica del castillo de Archidona. Nuestro castillo es muy curioso porque en principio era un palacio y no se concibió como un recinto amurallado para evitar las conquistas. A posteriori se reforzaron todas las murallas y en la actualidad se diferencia en todos los paños una muralla más palaciega y otra muralla más defensiva. Por lo que está hecho en varias épocas», concluye Montero.