La sociedad que gestiona el centro se encuentra en concurso de acreedores al no poder remontar las pérdidas por el confinamiento durante la pandemia

El emblemático Colegio San José de Campillos, abierto hace 70 años, subasta su unidad productiva en un esfuerzo por asegurar la continuidad educativa para sus alumnos y preservar sus 32 puestos de trabajo durante el curso 2023/2024. El colegio está gestionado por los propios trabajadores a través de una sociedad que se encuentra en concurso de acreedores voluntario desde el 1 de junio de 2021.

En concreto, saca a subasta la unidad productiva del centro y el conjunto de bienes y derechos integrados en la misma __inmuebles, solares, equipos informáticos, mobiliario, contratos de trabajo y el fondo de comercio__. La subasta, que no tiene un precio de salida, se encuentra abierta en la página web de Subastas Trademat (www.subastastrademat.es) hasta el próximo 29 de agosto.

La sociedad que gestiona el centro bajo el nombre Colegio San José de Campillos S.A. se encuentra en fase de liquidación tras la pérdida de alumnos ocasionada principalmente por la pandemia y el confinamiento obligatorio.

El colegio estuvo cerrado durante un año, lo que generó una pérdida de ingresos, al ser su oferta residencial el principal reclamo. La sociedad no cuenta con una deuda muy cuantiosa, aunque sí tuvo tensiones de tesorería que le impedían poder atender a los créditos de ayuda a los que recurrieron durante el periodo de cierre. La residencia del histórico centro también ha sido albergue para decenas de ucranianos que llegaron a la localidad huyendo de la guerra gracias a una colaboración entre Cruz Roja y el consistorio de Campillos.

Las administraciones autonómicas y locales han mostrado su compromiso de continuar colaborando y trabajando en defensa de esta institución, que forma parte de la historia de la localidad.

Un colegio histórico

La historia del colegio San José de Campillos se remonta a principios de los años 50, cuando los hermanos Macías García comenzaron a impartir educación a jóvenes de familias acomodadas en sus casas. Con el tiempo, este proyecto evolucionó y dio lugar a la creación de la sociedad Promasa. Posteriormente, un grupo de educadores adquirió la compañía, que en la actualidad administra el internado.

Durante el siglo XX, el Colegio San José de Campillos se convirtió en uno de los internados más importantes del país gracias a su enfoque disciplinario y su énfasis en la responsabilidad. En su época de mayor esplendor, con una inscripción anual de más de 2.000 alumnos, gran parte de los habitantes del pueblo trabajaba en el centro.