Alberto Castro en una acción de lanzamiento

Con otra prueba de fuego más salvada y un escalón menos que le acerquen a un objetivo de ensueño en la actual temporada el Conservas Alsur volvía plenamente satisfecho de Pontevedra donde le ocurrió todo lo opuesto que dos semanas antes en Alicante aunque con un protagonismo idéntico, la emoción y la capacidad de poder y saber gestionar dos puntos en un ataque o una defensa final. La llegada del Handbol Bordils no presagiaba facilidad ni comodidad, todo lo contrario, el balonmano y la escuela catalana se ponían de manifiesto en uno de esos duelos toscos en los que el estar de nuevo plenamente metido en el partido desde el segundo inicial volvería a ser la clave de una presumible victoria hecho que a la larga pudiera catalogarse al final como totalmente decisorio. Con un parcial de 5-0, de salida el partido ya pudo tomar un rumbo que no era el presagiado por Sergi Cataraín que tuvo que frenaqr la acometida antequerana realizando cambios en defensa pasando del 6:0 inicial a un 5:1, sobre Adrián me mermó la maniobrabilidad de los antequeranos en tareas ofensivas y que surtieron a los catalanes los efectos deseados colocando el marcador en un igualado 7-6. Curiosamente ese efecto defensivo no trascendió más dado que la vuelta al 6:0, volvió a dar más problemas a Bordils que se encontró que de nuevo su rival le ganaba claramente la partida con ese sistema, con Nacho Soto y Alberto Castro apurando las opciones de ataque que volvieron a colocar al descanso un 14-10, más que esclarecedor. En la segunda mitad el juego se volvió mas vibrante en defensa donde ambos equipos sabedores de que esta era la faceta crucial en la que había que jugarse los puntos apuraron hasta el límite. Un 20-15, a falta de doce minutos parecía definitivo pero pas precipitaciones y la descalificación de Juanma Cabrera pudieron meter en el partido a un aguerrido Bordils que hasta el final lo intentó aunque terminara claudicando por el tanteo de 24-22.

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