El entrenador nacional, David Martín Portillo motiva a los lectores a través de este artículo a tomar el camino de la vida sana. Plantea dos situaciones a través de las cuáles podréis replantearos la idea de ir a un gimnasio y entrenar en éste, dejarlo y volver después de un tiempo.

Huye de los mitos y se centra en la realidad y la intención con la cual uno acude a un centro deportivo, donde el bienestar físico de una persona siempre es lo más importante.
Hoy es el día 
«Voy a exponer dos situaciones, la primera es aquella en la que una persona empieza a entrenar en un gimnasio y otra cuando lo ha dejado para después de un tiempo volver.
Cuando una persona pretende comenzar en un centro deportivo se deja guiar por referencias externas, ya sean sus instalaciones, accesibilidad, coste, formación del entrenador. En teoría es lo lógico pero después encontramos a aquellos individuos que se dejan llevar por amigos, por los chicos o chicas que pueda conocer, la reputación del gimnasio (cuanto más caro mejor) o la mera intención de pretender aparentar algo que no se es frente a otros. 

La segunda parte que quiero destacar es el hecho de dejar de ir para volver de nuevo pasado un tiempo. Aquí, entre los muchos pretextos podríamos destacar: estar en baja forma, estar cogiendo kilos, consejo médico, preparación para pruebas físicas de cara a una profesión. Y entre los más curiosos querer que una prenda te siente bien de cara a un evento determinado, por ejemplo una boda. 

A veces nunca llega el día. Mirar el calendario y decir ‘mañana empiezo’ no es la solución. Después de navidad para quemar esos kilos de más en el gimnasio o uno o dos meses antes del verano para la tan conocida ‘operación bikini’ son otras de las escusas más sonadas. 
Durante mis años de experiencia he podido observar a personas que quieren hacer ejercicio de la manera más cómoda y fácil posible. Esto es curioso, ya que la simple idea de pensar en lo que conlleva el entrenamiento ya es sacrificio. Cada vez son más aquellos que reclaman comodidades como aire acondicionado, WiFi etc. 
La realidad es que un alto porcentaje de personas han dejado de esforzarse y conformarse cuando van a un gimnasio. 
‘Dejemos de engañarnos’, como dice un buen amigo mío. Ya seas de antigua o nueva generación, los kilos de una máquina no se mueven solos. Se conoce como hacer ejercicio y no como paseo por el gimnasio. 
Sin el descanso apropiado, la alimentación correcta y sin una rutina de entrenamiento supervisado por un profesional no se consigue nada. Los resultados dependen de uno mismo y no del entrenador al que echarás la culpa si los resultados no son los esperados. 
Mi intención es motivar a la gente y que se den cuenta y responsabilicen de su propia situación. Así que si te has dado por aludido,  ya es hora de cambiar tu manera de ver la vida.»
David Martín Portillo
Entrenador Nacional
Consejo Superior de Deportes

2 Comentarios