A pesar de que la baja productividad de este olivo amenaza su propia supervivencia, Francisco y Joaquín Camacho quieren ponerlo en valor tras producir y lanzar al mercado el primer AOVE de esta variedad
Desde donde se divisan la muralla y la ermita de la Virgen de Gracia, la Vega de Archidona y la Peña de los Enamorados. Allí resisten un centenar de Gordales, una variedad de olivo autóctona del municipio y en peligro de extinción. Estos majestuosos árboles de aceitunas gordas y grandes troncos que en muchos casos superan los cien años de edad son el mayor tesoro para Joaquín y Francisco Camacho, dueños de la Finca la Tortaita, la primera en producir y lanzar al mercado un aceite de oliva virgen extra de esta variedad.
A pesar de la complejidad para sacar rendimiento a este tipo de olivo que necesita mucha mano de obra para luego producir poco, padre e hijo nadaron a contracorriente de las recomendaciones y antepusieron la calidad antes que la cantidad, siendo este su principal seña de identidad. «Normalmente la gente opta por arrancarlos y sustituirlos por hojiblanca, pero para nosotros forma parte de la historia agrícola del pueblo, y hay que darles el reconocimiento y valor que merecen». Tal ha sido el impulso que desde el año pasado comenzaron a vender el primer AOVE Finca La Tortaita Premium Gordal de Archidona Reserva Familiar en pequeños frascos de 250 mililitros que prácticamente se agotaron en algo más de un mes. Un aceite dulce, suave y con una cantidad de sabor, aromas y matices considerable. «Es único y exquisito, aunque el consumidor está acostumbrado a los aceites de enero y febrero», reconoce Francisco, al tiempo que afirma que todavía están trabajando para mejorar este aceite de recolección temprana que extraen de sus 30 Gordales centenarios que incluso llegan a superar los doscientos y trescientos años.
De aquí en adelante la producción será cada vez mayor ya que han adquirido una finca colindante con más Gordales. Además, están trabajando con viveros para dentro de un año poder plantar alrededor de un centenar. El objetivo es diferenciarse. Situar su aceite entre los mejores a nivel mundial, así como optar a algún premio de calidad ahora cuando tengan un mayor volumen de cosecha. Quien sí ha conseguido ya un premio por su esplendor ha sido uno de sus Gordales, que esta misma semana ha obtenido el título de ‘Mister Olivo Internacional’ de Extraevo, entidad italiana que impulsa la cultura del olivo y del aceite a nivel mundial.
Actualmente se están pasando a agricultura ecológica, por lo que para el año que viene cumplirán la totalidad de requisitos establecidos en la normativa que determina un periodo de conversión de 3 años en el que no han utilizado ningún producto químico ni pesticida, hasta conseguir la eliminación de los residuos contaminantes del suelo para conseguir un cultivo totalmente saludable. Además, no han introducido riegos artificiales al olivar al entender el olivo como un cultivo de secano. «Nuestra filosofía es conseguir un producto puro, intentar crear un ecosistema lleno de vida y generar economía circular».
También tantean la idea de realizar visitas a la finca y hacer partícipes a los usuarios en el día de la recolección. Además de Gordales, La Tortaita cuenta con 1.500 olivos de hojiblanca de los que han nacido el AOVE Primer Día de Cosecha y las perlas de AOVE, esferas de con aspecto de caviar. Todos ellos premiados por su packaging en Berlín.