Recreación de cómo iba a ser la mina

Finalmente el proyecto de apertura de una mina de yeso a cielo abierto en la zona de Bobadilla no ser hará realidad. El portavoz de Izquierda Unida, Fran Matas, se ha congratulado hoy de la noticia que evitará «poner en peligro uno de los pocos paisajes karsticos y yésicos que existen en la comunidad y el impacto para una zona con un importante valor ecológico, con especies protegidas y además cerca de los restos arqueológicos de Singilia Barba».

Fue en 2016 cuando comenzó a hablarse de este proyecto que iba a desarrollar la empresa alemana  Knauf Gmbhen, el mayor fabricante de placas de yeso del mundo, en tres parcelas situadas entre la Sierra del Negro y el Cerro de Valdoyesos, en una zona forestal muy próxima al anejo antequerano de Bobadilla. La misma marca que ahora dice no al mismo, según se puso de manifiesto el pasado lunes en Junta de Gobierno local. «Se anunció el desestimiento de la empresa al proyecto y la retirada de la licencia minera, lo que creemos responde a las alegaciones presentadas por nuestro grupo a la declaración de impacto medioambiental que no recogía especies protegidas de la zona como el murciélago y la recogida de firmas en la plataforma change.org», ha explicado Matas. Más de 500 firmas y apoyo de varias asociaciones medioambientales y de espeleología que han servido, según Matas, para frenar el proyecto.

Desde el grupo espeleólogo de Campillos, que también se mostraron reacios desde el principio a la instalación de la empresa, han mostrado también su satisfacción por la noticia. «Que este proyecto haya sido paralizado es un éxito para Antequera y para la supervivencia de la colonia de murciélagos que habitan en el subsuelo y que en ningún momento se tuvo en cuenta», ha explicado Baltasar Felguera.

El proyecto contemplaba que la empresa podría explotar dichas zonas durante 38 años, creando para ello entre 7 y 12 puestos de trabajo que, según el portavoz de IU, eran en su mayoría indirectos porque la fábrica de la entidad alemana tiene su sede en Granada, por lo que en Antequera únicamente se procedería a la extracción del yeso. «Con unos 900.000 euros de beneficios al año para la empresa pero no con una repercusión para la ciudad», ha finalizado Matas.