Apremiado por las urgencias de cara a no verse implicado en un final de liga en el que los sustos y miedos hiciesen acto de presencia el Meridiano BM. Torcal se veía las caras ayer Domingo en el «Argüelles» con un adversario muy acuciado también por las necesidades caso del Barakaldo en uno de esos partidos que pueden perfectamente llegar a marcar el devenir de un equipo en una temporada.

Muy conscientes de ello porque el balance de la segunda vuelta no invitaba al excesivo optimismo, básicamente por la suma de sólo cinco puntos de veinte posibles en una decena de partidos, Lorenzo y Quino trabajaron lo indecible durante la semana con sus hombres para corregir errores y buscar ese equilibrio ataque-defensa necesarios.

El partido ya de inicio no comenzaba bien para los intereses antequeranos. Un 0-3, de parcial con errores en ataque y cierta condescendencia en defensa parecía aliviar a un Barakaldo que sin premuras y ataques largos donde el lanzamiento de Oier y el buen trabajo del pivote Lánder Borda, se bastaban para neutralizar las acometidas locales en las que se sufría mucho con la posesión de balón.

Siempre por debajo en el marcador salvo los últimos compases en los que la entrada de Mai y un par de paradas suyas propiciaron que también el ataque funcionara para decantarse al descanso con la mayor ventaja local (13-11).

Las imprecisiones y los errores lastraron también de inicio en la reanudación al Meridiano que con un 3-8, de parcial en se colocó por debajo 16-19. Sólo el empuje de Luis Castro y Francis sirvieron para remontar el vuelo y volver a igualar. Una posterior descalificación del mayor de los Castro volvió a acusarla un equipo en el que los veteranos, en esta ocasión no tuvieron la representatividad necesaria para ganar.

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