Tras la dolorosa y nueva derrota por la mínima, esta vez en Torrelavega, el Meridiano Torcal afrontaba otro partido de esos tildados de final en casa, esta vez ante el Octavio vigués, con la vista puesta en alcanzar esa frontera de los veinte puntos necesaria para pensar ya ciegamente en las opciones de permanencia. Todo esto unido al complicado calendario que le espera en liga en el «Argüelles» con las visitas de Bidasoa y Valladolid y lo caro que está el puntuar lejos de casa hacían del duelo con los gallegos otra de esas denominadas finales sin más condicionamientos en las que era obligado mostrarse con la misma contundencia y brío demostradas hasta la fecha en una cancha de la que sólo se escaparon dos derrotas y por la mínima ante los cualificados Teucro y Barcelona.

De todos modos y desde el principio del choque la tónica quiso ir en contra de la lógica que marcaban las cifras en casa de lo de Lorenzo y Quino y presos de una continua tanda de imprecisiones en ataque y excesivas concesiones en defensa los de “Jabato”, al minuto diez ya mandaban con autoridad (2-6). Las intervenciones de un gran Jorge García en la meta viguesa condicionaba más la respuesta de un rival que no entraba en el partido y al que ni siquiera los cambios en el sistema defensivo daban resultado. El 11-17 al descanso era indicio de lo visto aunque cierto es que en el primer tercio de reanudación una leve mejora en defensa unido a que durante cuatro minutos Octavio estuvo con dos hombres menos en cancha el Meridiano logró reducir (19-22), pero esto fue sólo un atisbo no concretado porque los visitantes siguieron a su ritmo para terminar ganando fácilmente.

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