El mayor relieve kárstico de Europa es un lugar idílico para la fotografía nocturna de paisaje

La asombrosa geología del Torcal de Antequera no solo atrae a turistas y residentes locales. Este antiguo laberinto de piedra, que surgió del océano hace millones de años y que comparte el título de Patrimonio Mundial con Los Dólmenes, ofrece a los fotógrafos un paraíso lleno de innumerables oportunidades visuales. Un ejemplo de ello es Pedro Javier Alcázar, conocido a nivel nacional como ‘El niño de las luces’, quien ha encontrado en el mayor relieve kárstico de Europa un lugar idílico para la fotografía nocturna de paisaje, una de sus especialidades junto al ‘light painting’.

A nivel personal, se considera un gran amante de este tipo de fotografía al aire libre, entre el ocaso y el alba, porque permite poder disfrutar de un lugar tan «conocidísimo», concurrido y «espectacular» como es el Torcal de Antequera, «sin nadie» durante la noche. «Este tipo de fotografía va siempre muy ligado a la conservación de la naturaleza. Cuando estás y te pierdes por allí, sientes una verdadera unión con el medio que te rodea», explica.

A nivel técnico, considera que la sierra es «muy caprichosa» y que la particularidad de sus formaciones rocosas hace que las imágenes sean siempre muy diferentes entre sí, algo que no ha encontrado en ningún otro sitio. «He viajado por Europa, he estado en África, en las Islas Canarias y por todo el territorio peninsular, y si hay algo semejante, no le llega ni a la suela de los zapatos. La sierra del Torcal no tiene rival, es diferente y tiene un potencial impresionante. Para hacerle justicia fotográficamente hablando te tendrías que quedar allí una semana. Y eso no se da en ninguna localización en todo el país», cuenta desde su experiencia.

Alcázar lleva más de 10 años ofreciendo talleres en los que han participado cientos de fotógrafos que siempre se quedan  impresionados con la grandeza y magia que desprende el sitio. En su visita más reciente, hace una semana, un mar de nubes bajas con niebla se adueñó de la atmósfera. «Este tipo de ambientes en fotografía son muy cotizados, es algo increíble que solo ocurre en El Torcal, una caja de sorpresas».

En muchas de sus exploraciones fotográficas al paraje, Alcázar ha contado con la inestimable guía de amigos y conocedores del lugar, entre ellos Antonio Miranda, David ‘Lobo’, ‘el Cañas’, Fernando del Pino, y José Cantero quienes le han adentrado hasta los rincones más inaccesibles y asombrosos del paraje para ver figuras como ‘El Cáliz’ o el ‘Arco del Arriero’. «La sierra es complicada, igual que para fotografía es muy potente, luego tiene otro detalle y es que mojada es bastante peligrosa. Te puedes caer con muchísima facilidad», detalla.

La primera vez que puso un pie en El Torcal, allá por el año 2009 el frondoso «bosque de piedra» superó todas sus expectativas. «Esto es algo muy curioso de los fotógrafos. Siempre vamos con expectativas muy altas y en el 99% de los casos la realidad es otra cosa. Eso en el Torcal no te va a pasar nunca», asegura.

Alcázar ha lanzado recientemente su primer libro didáctico titulado ‘Guía completa de fotografía nocturna’, con El Torcal de Antequera en portada. El manual enseña técnicas y herramientas para la fotografía nocturna y el light painting, permitiendo a los fotógrafos potenciar su creatividad y habilidades artísticas.

Fotografía nocturna y light painting

A la hora de realizar fotografía nocturna, Alcázar considera imprescindible contar con una cámara que realice fotografías de más de un segundo de exposición, un trípode, una linterna frontal para tener las manos libres y otra luz para iluminar el escenario.

El sobrenombre de ‘El niño de las luces’ no es casual y es que Alcázar está especializado en light painting, un tipo de fotografía que requiere pintar con luz la escena de la fotografía con el fin de trazar las líneas o iluminar los objetos que se quieren que salgan expuestos en la foto final

«La grandeza de la fotografía nocturna es el manejo de la luz y la técnica de light painting es el máximo exponente de ese significado, escribir y pintar con luz».

Al respecto, se muestra partidario de la fotografía «artesana» y que «sale directamente de la cámara», lo que también está muy ligado al light painting, que se aleja de la «corriente del retoque». «En mi caso no me gusta retocar las fotografías, esas postproducciones de media hora delante del PC donde al final consigues un resultado que es completamente artificial. Luego habrá gente que dirá que el procesado forma parte de la fotografía, los mismos que invierten un 10% en la calle y un 90% en casa. Este mundo es muy tirante entre lo que era la fotografía y lo que se está convirtiendo».