La Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Sangre, Santo Cristo Verde y Nuestra Señora de la Santa Vera+Cruz volvió un Lunes Santo a las calles de Antequera. Y lo hizo en una jornada llena de momentos emocionantes, vivida con muchos nervios, en parte por la inestabilidad meteorológica.


La jornada amaneció con un cielo plomizo que no hacía presagiar lo mejor, y la mañana continúo con lluvias, por minutos intensas. Ello no impidió ya habitual ofrenda floral a la restos de Madre Carmen. En el rezo no faltó la intercesión a la beata, para que la conocida como Cofradía de Los Estudiantes pudiera realizar su Estación de Penitencia, que finalmente comenzó con hora y cuarto de retraso sobre el horario previsto.

A esa hora, el mayordomo de la hermandad, Francisco José Delgado, convocaba a los miembros de la Junta de Gobierno para decidir sobre una salida procesional de la que comenzaron a dudar, a pesar de que las previsiones indicaban que no habría más precipitaciones en lo que restaba de día. Devotos, hermanacos y demás cofrades se mostraron tranquilos ante la demora. Pero una segunda reunión de los responsables de la cofradía hizo que comenzaran a aparecer algunos rostros de preocupación en la Iglesia de San Zoilo. Finalmente, entorno a las 19:30 horas, Delegado daba la buena noticia, acompañada de aplausos y alguna que otra lágrima de emoción y felicidad que se escapó en parte de los presentes.

Nuestra Señora de la Santa Vera Cruz era el primero de los sagrados titulares en salir por las puertas del templo. Un trono que este año presentaba varias novedades, debido al proceso de renovación en el que se encuentra inmerso. A la recuperación de la peana del siglo XVIII que procesionaba anteriormente con el Nazareno de la Sangre, se suman la nueva talla de madera del palio y la decoración en este mismo material -aún sin pan de oro- de los candelabros. «Es algo innovador. Algo muy poco común en la Semana Santa», apuntaba el hermano mayor del trono, David Artacho. También por las calles de Antequera se pudieron ver las nuevas bambalinas del palio y el manto de terciopelo de la Vera Cruz, que se quisieron estrenar este año, a pesar de que aún no presentan el rico bordado dorado habitual de estos enseres.

Otros de los estrenos de la hermandad en este Lunes Santo fue la conclusión de la decoración en plata de la cruz que porta el Nazareno de la Sangre, cuya particularidad es que lo hace de forma inversa respecto al modo habitual que se pueden ver en otros tronos. La antequerana Blanca Alarcón es la responsable de este trabajo de orfebrería ya concluido, y que pudieron contemplar cofrades y el resto de personas que se congregaron durante todo el recorrido procesional.

Como siempre la salida congregó a decenas de personas que esperaron expectantes salida de la Cofradía. Los Estudiantes salieron de San Zoilo, en dirección a la calle Calzada, antes de afrontar Encarnación, San Sebastián y la calle Infante Don Fernando, donde como cada año le esperaba una de las patronas de la ciudad, Nuestra Señora de los Remedios.

Pasada la tribuna, la procesión encaró San Luis para comenzar el regreso a su templo por calle Cantareros, antes de llegar a ‘su’ barrio, donde más intensamente comienza a sentir su Estación de Penitencia. Y si hay un lugar donde ello se hace patente es calle Duranes. Cofrades, antequeranos y visitantes se agolpan cada año en la estrechez de esta vía, que no hace sino aumentar la emoción del paso los tronos. Aplausos, lluvias de pétalos y marchas que no dejan de sonar, como las cuatro que llegó a tocar la Banda de música de Municipal de Casabermeja, al paso de un Cristo Verde que parecía no quería abandonar una calle y lugar tan especial para la que fuera su camarera, Puri Campos.

Fue el preludio al esperado encuentro en la plaza de San Zoilo. De nuevo Nuestra Señora de la Santa Vera Cruz volvió a estar cerca de su Hijo, que corresponde meciéndose como la Madre, al ritmo de la penúltima marcha que suena . Por que la última, como es tradicional, es ‘Rocío’, a cargo de Banda de Cornetas y Tambores y la Banda de Música de la Vera Cruz de Almogía, ya dentro del templo, entre el silencio y la expectación de los que aguardan en su interior, que no quieren perderse el giro del Nazareno de la Sangre que pone fin a una Lunes Santo antequerano.

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