Cerca de 3.000 personas se han concentrado otro 25 de diciembre en torno a una era para festejar una de las tradiciones malagueñas más arraigadas, la romería de Jeva, barriada de la pedanía antequerana de La Higuera, en la que entre degustaciones de dulces navideños, pastorales y pandas verdialeras acompañan a una imagen de la Purificación.

Desde primera hora de la mañana, sonidos de cuernas pertenecientes a miembros de pandas de verdiales se empezaron a escuchar desde diferentes rincones de las cañadas tan frecuentes en la zona, ubicada en la falda sur del Paraje Natural El Torcal. Poco después, los vecinos, sin ser convocados de forma oficial, las acompañaron hasta concentrarse en una era, utilizada para separar el grano de la paja antiguamente, ubicada ante la ermita. Las pandas participantes han sido la Juvenil de Jeva, la de Santa María del Cerro y La de Aires del Torcal. Junto a ellas se pudo asistir a la actuación en diferentes momentos del evento de las aclamadas pastorales, La Ilusión de Puerto de la Torre y San Lorenzo de Santa María del Cerro.

Durante el evento, la hermandad invitó a una degustación de 500 kilos de buñuelos y roscos elaborados artesanalmente en el horno de Juan González. Para acompañar, los asistentes pudieron disfrutar de más de 60 litros de anís.

La procesión, como manda la tradición se realizó tras el mediodía y consistió en la bajada a la era. Allí, se colocó en un altar romero donde los vecinos realizaron ofrendas florales y recitaron poemas. Todos los años la hermandad entrega recuerdos y premios a los participantes, el principal ha sido este año para Antonio Muñoz, cuyos versos fueron elegidos entre una veintena de participantes.

Según información de la propia hermandad el paraje se denominaba originalmente Los Palmares de Jeva cuando pasaron a ser tierra de Antequera por donación real en 1419. La ermita se construye tras una autorización real de los Reyes Católicas otorgada en 1496. El edificio religioso, como tantos otros en la comarca, se construyó sobre los pilares de un antiguo castillo árabe, el de Xébar. Ya entonces el altar mayor lo ocupaba un cuadro con una pintura de la Virgen de la Purificación, hoy conocida entre los vecinos como la Virgen de Jeva.

Tras acabar prácticamente en ruinas, la devoción de los vecinos permitió reconstruir la ermita en 1820, momento al que parece remontarse la tradición de celebrar con música y baile la fiesta de la Purificación. La hermandad actual, y principalmente su representante y fundador, Alonso Martín, posibilitaron una ininterrumpida celebración verdialera desde 1987.