Fire

Sinopsis

Unos traficantes de armas se reúnen en un almacén abandonado para realizar un negocio turbio. Todo parece ir bien hasta que sale a la luz un suceso ocurrido la noche anterior que desembocará en un interminable tiroteo.

Opinión

Ben Wheatley es un director que todavía no ha hecho una película que me convenza al cien por cien. Tiene todas las características que me gustan en un cineasta independiente, su cine me parece interesante, distinto y único (y eso, en estos tiempos, es bueno), y en mayor o menor medida me gusta, pero también es cierto que me cuesta conectar con este director tan peculiar.

Pero Free Fire es distinta. Quizá porque Wheatley ha optado por parir una película que, dentro de su estilo personal, es más digerible. Free Fire no tiene el desastroso final de Kill List, ni es la absoluta diarrea mental de A Field in England, ni tampoco el excéntrico caos visto en High-Rise. Free Fire es una película más sencilla que podemos asimilar con facilidad sin que por ello se convierta en un título comercial y encorsetado. La película tiene entidad propia y suficiente imaginación como para destacar, pero al mismo tiempo no deja la sensación de sí pero no que hay en las anteriores películas de Wheatley.

Free Fire se contenta con mostrarnos un tiroteo a dos bandas de casi una hora de duración

Dicho esto, supongo que el principal referente que el director tuvo en mente a la hora de dar forma a Free Fire fue Reservoir Dogs, ya que el concepto de ambas películas es similar. No idéntico como he leído por ahí; sólo similar. Tenemos un almacén, un grupo de criminales, un puñado de armas y mucho rencor, y aunque leyendo esto pueda parecer que las premisas son gemelas, nada más lejos de la realidad. Mientras que en la película de Tarantino primaba el diálogo y la tensión por encima de la acción, Free Fire se contenta con mostrarnos un tiroteo a dos bandas de casi una hora de duración; más de media película consiste en una oda a los disparos, la violencia, los insultos y las lenguas afiladas, y aunque esto pueda parecer simple, casi infantil, mentiría si dijera que no me lo he pasado como un enano.

Puede que los personajes de Free Fire no tengan la magistral verborrea nacida de la pluma de Quentin Tarantino, pero eso no impide disfrutar de un espectáculo disparatado, violento y cargado de mala leche, sin olvidar las vistosas interpretaciones de un reparto de lujo encabezado por Armie Hammer, Brie Larson, Sharlto Copley y Cillian Murphy.

¿La mayor virtud de la película? Que el director, sabiendo que la premisa no da para mucho y corre el riesgo de agotarse pronto (por muchos tiros que metas, si todo va de lo mismo, al final el asunto aburre), opta por una duración de menos de noventa minutos. El resultado es una película que no estira el chicle hasta sacarle todo el sabor y cansar al público.

Free Fire es, en resumen, una tontería muy divertida, bien rodada y suministrada en la dosis perfecta.

TRAILER