El perdón no está en el ánimo de muchos, más bien de pocos

familias

Yo quisiera ser presidente y durante el mandato, mi mayor y principal objetivo sería unir a las distintas familias, que por circunstancia, que no vienen al caso, se encuentran en absurda contradicción.

De qué nos sirve realizar los objetivos, si no nos podemos ver. De qué nos sirve culminar nuestros proyectos, si no los podemos disfrutar. ¿Por qué no unimos nuestros esfuerzos para construir algo bonito? ¿o es que nos creemos que en las circunstancias que estamos hay alguien que lo está disfrutando?

Qué pasó con aquellas convivencias, y esos viajes inolvidables. ¿Por qué tenemos esas caras tan serias?, quizás se nos perdió la alegría, o quizás se nos remueve la conciencia. ¿Por qué nos aferramos al poder o a querer ser unos más que otros? No lo entiendo. Si no hay nada mejor que, olvidando nuestro orgullo, pedir perdón, eso sí, todos, todos, todos.

Porque cediendo cada uno de nosotros nos encontraremos a sí mismos. Y ahora es cuando debemos dar todo lo que llevamos dentro de nuestros corazones. Pero el perdón no está en el ánimo de muchos, más bien de pocos, y si no lo tenemos en nuestro diccionario, poco podemos hacer. También convivir con todas “las juntas” y sacar de ellas el amor necesario para alimentar la unidad de todas las familias. Yo quisiera ser presidente. Pero quizás haya sido un sueño.

1 Comentario