Francisco Calderón Gálvez pone fin a una larga trayectoria relacionada con el medio ambiente para dedicarse al completo a su familia y vecinos de los barrios y anejos de Antequera

Francisco Calderón Gálvez, conocido en el ‘mundillo’ profesional como ‘Don Francisco’, es uno de los grandes conocedores y amantes del medio natural de la provincia de Málaga y de Andalucía, habiendo dedicado a ello la mayor parte de su vida.

Nacido en Antequera en 1956,  en el seno de una familia humilde, dedicada al pastoreo  en la zona sur del Torcal, lleva en su interior el respeto y el cariño a todo lo relativo con  la naturaleza.

En su extensa vida laboral ha trabajado con empresas privadas en obras relacionadas con el medio ambiente. Conoce como pocos, el trato con el personal a su cargo, cuestión esta que hace que la productividad, la calidad y los objetivos empresariales se cumplan.

Con firmeza en las decisiones, pero siempre conciliador y conocedor del medio, ha realizado con éxito repoblaciones forestales, viverismo, tratamientos silvícolas, aprovechamientos madereros, cuadrillas o retenes contra incendios, apriscos, arreglo de caminos, corrección de torrentes, diques de gaviones, de mampostería concertada, limpieza y adecuación de cauces, aéreas recreativas, campos de golf, jardinería en general, carreteras y asfaltos, polígonos industriales, arrecifes artificiales y otras obras marítimas,  levantamientos topográficos, estudios hodrogeologicos, depuradoras,  localización de filones «y un largo, etc. que lo hacen ser, una persona ‘todoterreno’ en cuanto a su preparación  se refiere».

En últimos 14 años ha trabajado en el Suministro de Agua Bruta a Málaga, como encargado de la Agencia de Medioambiente y Agua (antigua EGMASA) donde se jubila, poniendo fin a una extensa y completísima vida laboral. Se cuenta de él que nunca ha apagado su teléfono, ni de día ni de noche haciendo frente a los problemas surgidos en los centros de trabajo bajo su responsabilidad, sin mirar horario o festivo alguno. Lo definen como un servidor público de los que quedan pocos.

El pasado viernes se despidió de sus más cercanos compañeros en un sencillo acto al cual acudieron amigos, empresarios, técnicos, agentes forestales  y colaboradores de varias provincias andaluzas que le obsequiaron con un extraordinario detalle conmemorativo.

Según dijo, a  partir del mes de agosto, se dedicará a sus tres pasiones. Su familia, los vecinos de barrios y anejos antequeranos y a la pesca deportiva. «Su teléfono seguirá siempre abierto a cualquier hora del día y de la noche. Gracias de parte de todos, por todo lo bueno que nos has dado».