Si hay una costumbre que se ha extendido a en toda Europa, y sobretodo en España es la compra impulsiva de coches diesel, sea cual sea la necesidad. Esta práctica comenzó a extenderse a partir del año 2000, cuando empezaron a salir motores diesel bastante mejorados, con turbo y con consumos irrisorios. Esto sumado a la enorme diferencia de precio entre diesel y gasolina hizo que todo el mundo empezara a comprar coches de gasoil indiscriminadamente.

Sin embargo, el precio del diesel se ha disparado tanto en los últimos años que casi se ha igualado con la gasolina. La gasolina no se ha inflado tanto de precio, aún siendo un combustible mucho más caro de refinar dada su mayor pureza.
Está claro que los diesel que hacen muchos km en carretera tienden a romperse bastante poco porque se quema mucho mejor el combustible al ir más altos de revoluciones. El problema viene cuando hacemos pocos km y encima casi todos transcurren en ciudad. Esto provoca bastantes averías por acumulaciones de carbonilla y problemas de sistemas anticontaminación.
Porque el problema que tienen los motores diesel hoy día son las normativas anticontaminación, que cada vez los hacen más vulnerables y poco fiables. Hace algunas décadas, cuando la contaminación no era un problema, los motores diesel eran eternos, y podían aguantar varios cientos de miles de kilómetros sin problema.
Hoy día parte de los gases que se emiten y los humos que no se combustionan a bajas revoluciones, entran de nuevo en el motor para que se acaben de quemar. Esto significa que si nuestro coche diesel entra poco en carretera y no “respira”, está entrando basura constantemente al sistema de admisión, lo que nos supondrá una avería casi asegurada de EGR o catalizador.
Después vinieron los filtros de partículas que se acaban dando el follón, y ahora los depósitos de urea –que hay que rellenar cada X km–, para evitar aún más que los diesel contaminen.
La conclusión a la que llegamos es que los diesel cada día son más complejos, y filtran el gasoil más, por lo que la suciedad acaba en su interior y acaban rompiéndose. Todos estos problemas la gasolina no la tiene porque sus motores directamente carecen de estos componentes gracias a que es un combustible mucho más puro y que teóricamente contamina menos. Así pues, son motores mucho más simples de funcionamiento y que por tanto son más económicos de comprar y mantener.Está claro que si somos personas que hacen una enorme cantidad de kilómetros anuales, el diesel aún siendo menos rentable que antes, sigue rentabilizándose a largo plazo, pues el ahorro en euros al año será importante. Pero hay una serie de cosas por las que no deberías comprar un diesel, y desde Ibericar Motors Antequera queremos que consideres la compra de un coche de gasolina:
  • Haces pocos km al año: Si eres una persona que hace 10.000 kilómetros o menos al año, es una estupidez que te compres un diesel. No amortizarás los casi 3.000 euros más caro que cuesta su compra jamás. Y encima tendrás muchos más costes adicionales que supone tener un diesel. Solo ahorras si te miras a los pies en la gasolinera, pero a la larga es más caro.
  • El gasolina es más refinado: Si hay algo por lo que siempre han destacado los coches de gasolina respecto a los diesel es precisamente su suavidad de conducción. Son menos rumorosos y eso mejora mucho el confort de marcha. Además, las sensaciones que transmiten son mucho más deportivas, y eso de estirar las marchas hasta el corte de inyección sin miedo no tiene precio.
  • Más baratos de comprar y mantener: Como decimos, un coche de gasolina es una media de 3000 euros más barato de comprar en el concesionario, debido a que son motores más simples, por lo que cuestan menos. Es cierto que en algunos modelos esta diferencia es menor, pero el diesel siempre será más caro de mantener, ya que tiene más piezas, más complejas y que se pueden romper, de las cuales el gasolina directamente carece.
  • Diferencia casi nula de precio de combustible: Hace unos años el precio de compra se amortizaba rápidamente porque la gasolina era mucho más cara y encima los diesel consumían mucho menos. Hoy día el precio se ha igualado prácticamente entre el diesel y la gasolina, por lo que necesitamos más de 100.000 km en la mayoría de casos para amortizar la diferencia de precio de compra, sin contar con los mantenimientos.
  • Motores muy mejorados que gastan muy poco más que un diesel: Si a esto sumamos que la tecnología de la gasolina ha mejorado mucho en los últimos años y gastan mucho menos, realmente tenemos que ser auténticos devoradores de kilómetros para rentabilizar nuestra compra.
  • Precio del seguro y sello del ayuntamiento más caros: Pero los precios del mantenimiento de un diesel no acaban aquí, porque el precio del seguro y del sello del ayuntamiento también será sensiblemente más caro porque son coches que contaminan más, por lo que los impuestos son mayores.
Además, con el paso de los años las vibraciones no serán en vano, y nuestro coche si no es de alta gama probablemente se haya convertido en una cafetera que vibra por todos sitios.

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