Siempre se ha creído que el arte es algo ‘manipulable’, creado con las manos, pero esta afirmación no es del todo cierta. Bien lo demuestra Krzysztof Kosowski, un artista polaco que difunde su arte por la comarca de Antequera y que se ha convertido en un ejemplo de lucha y superación por su forma de ilustrar la vida.
En 1972 la vida de este pintor cambiaría para siempre. Con tan solo nueve años, Krzysztof sufrió graves quemaduras en un accidente causado por una descarga eléctrica, lo que provocó la amputación de sus dos brazos. Antes del accidente, el artista concebía la pintura como cualquier niño de su edad y pensaba que en un futuro se convertiría en bombero, policía o soldado. Pero aquel 9 de octubre, se daría cuenta de que «esos sueños ya no se iban a cumplir». Sin embargo, tal y como cuenta, si aquel día no hubiera escalado ese poste de alto voltaje, quizás nunca se hubiese llegado a interesar por lo que hoy sería gran parte de su vida.
Y es que su gran aventura en el mundo de la pintura comenzaría precisamente en el hospital. Gracias a la motivación de su profesora Wanda Szuman, pionera del método de rehabilitación de personas discapacitadas a través del trabajo artístico, Krzysztof se empezó a «enamorar del arte». A través de las sesiones con Wanda, el joven pintor conoció a distintos artistas que, a pesar de la dificultad, conseguían crear obras impresionantes sirviéndose de la boca y los pies. Este método abrió el corazón del artista de una manera impactante y lo ayudó a entender que otra realidad es posible si se lucha por ella. «Durante una de las sesiones intenté realizar una obra inspirada en Jan Matejk ‘ Batalla de Grunwald’, obviamente, a mi manera. Me sorprendió que tras acabarla a alguien le gustara y le llamara la atención mi creación, ahí comencé a interesarme de verdad por la pintura», comenta el artista.
A través de sus obras, Krysztof muestra una parte de su vida pero también de sus sueños, temática predominante en sus lienzos. El autor permite experimentar las mismas cosas de una manera diferente, reflejando un mundo que «aunque parezca normal y explorado por completo», realmente está «lleno de magia, energía e inspiración». «En mis obras quiero transmitir que todo tiene sentido, que no somos una pequeña parte insignificante del universo, sino que somos el mundo entero», explica.
En la actualidad, este artista dedica gran parte de su tiempo a enseñar sus obras y realizar talleres de pintura para los jóvenes en los colegios e institutos, donde habla sobre el arte y la superación. Su última exposición en Teba, ‘Tierra Imaginaria’, que se podrá visitar hasta el próximo tres de abril, permite adentrarse en «un nuevo mundo ya por algunos olvidado, que tiene sus raíces en la infancia, en la tierra imaginaria de cada uno, y que ya se ha perdido por las causas pragmáticas de la propia vida».
‘Pasión’, esa es la palabra que define a Krzysztof Kosowski, un artista ejemplo de lucha, superación y amor por la vida. «Me gustaría ser un referente para la gente joven que pueda encontrarse en una situación atípica o difícil debido a su salud o a un accidente. Quiero inspirar y enseñar que hay otras maneras de vivir la vida y realizar sus pasiones», concluye con especial emoción el artista.