La Archicofradia de la Soledad de Archidona edita 200 láminas para recaudar fondos por restauración del Cristo del Santo Sepulcro

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La Archicofradía de la Soledad de Archidona, ha editado 200 láminas del Cristo del Santo Sepulcro para recaudar fondos para sufragar la restauración de este crucificado del siglo XVI. El hermano mayor de la hermandad, Juan Francisco Delgado Jiménez, ha señalado que la talla está siendo restaurada por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico y que es la primera vez que esta institución realiza una restauración cofinanciada, así una parte del coste de esta actuación tiene que ser aportada por la cofradía. Por este motivo la hermandad ha puesto en marcha la venta de estas láminas.

La lámina del Cristo del Santo Sepulcro es una obra gráfica realizada por el artista local, Julio Sánchez del Olmo, para la que ha utilizado “los pinceles virtuales”, ya que ha utilizado como herramienta de trabajo el ordenador. Sánchez del Olmo es hermano de esta cofradía desde hace mucho tiempo y cuando le solicitaron su colaboración no dudo ni un instante para ponerse al servicio de la hermandad.

Delgado ha manifestado que la restauración era muy necesaria, ya que se tenía que actuar en la policromia y ha destacado que la hermandad ha dejado de lado otras actuaciones para que se pueda llevar a cabo esta intervención.


Por su parte, la concejala de Cultura, Carmen Romero, ha señalado que es un proyecto muy interesante, ya que a través del arte se van a recaudar fondos para la restauración de una talla de gran valor patrimonial y ha animado a los coleccionistas de arte que adquieran una de las láminas.

Las láminas tienen un precio de 20 euros y vienen con un dossier con la información sobre la historia del Cristo del Santo Sepulcro, ha señalado Delgado. Los interesados en adquirir una de estas láminas pueden hacerlo en la Casa de Hermandad, a través de facebook, o a través de los miembros de la junta de gobierno de la cofradía.

La Sagrada Imagen fue encargada en 1578 al imaginero Diego de Vega. De esta forma, el Santísimo Cristo del Descendimiento o Santo Sepulcro presenta características propias del siglo XVI como el naturalismo en el tratamiento anatómico, llama la atención su rostro, fruncido y amortajado, reflejo del fiel sufrimiento físico padecido; su boca y ojos algo entreabiertos que evocan vida que se fue en apenas un instante.

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