Tras inaugurar una nueva sede y poner en marcha un aula multisensorial en la comarca de Antequera, Amidis se ve obligada a disminuir sus servicios ante la reducción de subvenciones
«Después de 20 años, no podemos cerrar». Tirar la toalla es lo último que se plantea Lola Álvarez, la presidenta de la Asociación para la Inclusión de Personas con Diversidad Funcional (Amidis) con sede en Mollina, entidad que actualmente se encuentra en una situación drástica ya que las subvenciones, su principal fuente de ingresos, «son cada vez menores», lo que se suma a la imposibilidad de realizar eventos para recaudar fondos debido a la pandemia.
Todo ello está haciendo peligrar la permanencia de esta asociación sin ánimo de lucro que actualmente está dando un servicio esencial todos los días del año en torno a 40 usuarios de la comarca de Antequera. Sin embargo, Lola asegura que, si siguen así, «a finales de año no llegamos».
Como consecuencia, se están viendo en la obligación de mermar sus servicios, pues ya le han reducido horas de contrato a la trabajadora social, aunque todavía se resisten a hacerlo al logopeda y al fisioterapeuta porque «si le quitamos horas a ellos, se las estamos quitando a nuestros usuarios, así no podemos atender sus necesidades», explica Lola, quien indica que el mayor gasto que tienen es el de los sueldos. En Amidis siempre están pendientes de las nuevas ayudas que se van convocando, pero «no siempre no las aprueban todas».
Este año el Consistorio de la localidad les ha concedido una subvención de 6.000 euros, «pero lamentablemente con eso no tenemos ni para dos meses», explica. Ahora están a la espera de las ayudas de la Junta de Andalucía, que ya el año pasado eran insuficientes. Fue en abril cuando les ingresaron algo más de 4.000 euros para proyectos y otra ayuda para mantenimiento próxima a los 500 euros. «Con eso solo nos da para cubrir el sueldo de un trabajador durante unos meses», matiza. Por otro lado, Diputación les concedió otra ayuda para material Covid, pero este año auguran que no les va a llegar ninguna. «Muchas veces las subvenciones se las dan a las asociaciones que más tienen y a las que menos necesitan. Cuando estamos casi de manera voluntaria, solo nos ponen trabas a la hora de pedir requisitos».
Por todo ello Álvarez hace un llamamiento a las administraciones para que valoren y apoyen más la labor de las pequeñas asociaciones. «Estamos cubriendo las necesidades de estas personas a precios razonables, porque nuestro objetivo no es otro que las terapias puedan llegar a todo el mundo». En este sentido, piden que entidades y demás Ayuntamientos de la comarca, también se impliquen.
También reciben cuotas de los socios, pero admite que es difícil mantener la continuidad. Toda persona que quiera colaborar con un donativo puede hacerlo por bizum, utilizando el número 02408 y mediante la opción ‘Donar a ONG’.
Hace tan solo unos meses Amidis inauguró una nueva sede cedida por el Ayuntamiento del municipio. Esta nueva infraestructura les permitió crear un aula multisensorial pionera en el norte de Málaga donde, sin tener que desplazarse a las grandes ciudades, los más pequeños pueden desarrollar todos sus sentidos. Sin embargo, por la pandemia, el aula apenas se ha llegado a utilizar. Es por ello que Amidis todavía tiene mucho por hacer y no puede echar a perder todo lo que ha conseguido hasta ahora.