La constancia y la fe en sus fuerzas permiten al Meridiano Antequera sumar un punto en Torrelavega (27-27)

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Casi 2000 kilómetros, ida y vuelta, se hacía este pasado fin de semana el primer equipo del Meridiano Antequera que rendía visita a uno de esos conjuntos a los que ver la posición que viene ocupando, prácticamente, durante toda la temporada no hace justicia. El BM. Torrelavega, con jugadores de Asobal en sus filas ha venido arrastrando numerosos problemas en la campaña y aunque bien es cierto que su margen sobre los puestos de descenso no deja de ser ciertamente tranquilizador si que preocupaba por aquellos lares la escasa distancia que el conjunto cántabro marcaba sobre la promoción de permanencia en base a ello la directiva local buscó el añadir componentes sentimentales a este partido instando a todos los sectores de la unidad familiar de la afición local para que tomaran conciencia de la relevancia de los puntos a ventilar ante el Meridiano como si de una verdadera final de supervivencia extrema se tratara.

Con todo ello el cuadro antequerano de Lorenzo Ruiz y Quino Soler, que se estrenaban fuera de casa con la tranquilidad que daban esos 24 puntos en tabla planteó un partido en el que una salida impetuosa y libre de presión hizo marcar un parcial que en otras circunstancias podía tener carácter de definitivo. Un 1-6, al minuto 5 dejaba expuesta la imagen de equipo serio, armado y con ilusión al que solamente sus limitaciones en el apartado de efectivos impidió haber hecho esa renta poco menos que definitiva.

Los de casa fueron entrando poco a poco en el duelo, amparados en su afición y también a hombres de la experiencia de Lamadrid y Barbón que fueron dando oxígeno a los suyos que por vez primera podían igualar el partido al ecuador del mismo (9-9), incluso poner ventaja en los siguientes minutos hasta dar la vuelta al liminoso al descanso (16-14).

La segunda mitad tuvo mucho de emoción con mínimas ventajas de los de casa hasta bien adentrado este periodo con la nota predominante que dejaban los antequeranos de no dar el partido por perdido en ningín momento pese a su falta de fondo de armario.

Con 27-25, para los de casa y a falta de dos minutos un trabajo defensivo de ayudas continuadas permitió recuperar sendos balones que propiciaron el empate definitivo con el añadido de que una última bola de ataque, tras otro robo, puso la victoria casi al alcance de la mano.

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