Antequera ya huele a Semana Santa. Sus calles se impregnan poco a poco del inconfundible olor a incienso y sus principales avenidas y ventanales se tiñen de un color púrpura que se funde con destellos dorados, símbolos de fe y pasión. 

La Semana Santa de Antequera es todo aquello que se ve pero, sobre todo, aquello que no se ve, como el trabajo de los que hacen de esta fiesta una de las más importantes del año y que a veces no es tan reconocido como debiera.

Es el caso, por ejemplo, de las floristas que se encargan de adornar y embellecer cada trono a su paso por la ciudad. 

En Antequera, La Gardenia lleva al servicio de la Semana Santa desde hace casi medio siglo, profesión que viene de familia. “Empezaron mis padres, nosotros éramos pequeños, pero ayudábamos en todo lo que podíamos. Hemos crecido en un hogar en que la principal actividad era el trabajo, todos los días del año, siendo a la vez muy reconfortante ya que hemos adquirido muchos conocimientos, haciendo un trabajo que nos encanta”, confiesa Natividad Romero, una de las gerentes de la floristería. 

Su sensibilidad a la hora de trabajar y el amor que procesan por esta tradición tan arraigada en la ciudad las ha llevado a ser la primera elección para decenas de hermandades y cofradías de varias provincias andaluzas. “Para nosotras ese pequeño granito de arena que aportamos es poder materializar, en los distintos tronos, aquello que se nos pide, la combinación de colores, texturas, espacios, para dar expresión a nuestro trabajo consensuado con las camareras y cofradías”.

La forma, el color, la disposición…Cada detalle tiene su significado en los adornos florales, por lo que es imprescindible elegirlas con especial cariño y medida para construir una decoración en perfecta armonía con el trono. “El objetivo es encontrar la variedad y la tonalidad que mejor hace combinar con los colores propios de túnicas y otros atuendos de cada hermandad o de la propia imagen”.

Estos proyectos suponen un reto importante para las hermanas Romero Suárez, que lo aceptan con la responsabilidad de que serán miles las personas que participarán en oficios, rituales o procesiones que en la región andaluza tienen en la decoración floral uno de sus principales toques de distinción.

“Es una gran satisfacción para nosotras poder vestir de flores los tronos de Semana Santa. Siempre hemos intentado mejorar cada año, introduciendo las últimas novedades, tanto en flor como en tipo de arreglo , y que el resultado final sea satisfactorio para nosotras , las cofradías y el público en general”.

Claveles, lirios, gladiolos y rosas. El uso de una flor u otra, tal y como explican desde la Gardenia, depende del momento de la Pasión de Cristo que represente el paso. Tradicionalmente los claveles rojos se suelen utilizar para adornar el manto sobre el que reposan los cristos cautivos o crucificados, ya que el color rojo se asocia con el sufrimiento. El tono púrpura, por su parte, simboliza la penitencia mientras que el blanco encarna la pureza, siendo un color predominante en los tronos de la Virgen.

“Son trabajos que se afrontan desde el respeto de estar ante elementos patrimoniales y artísticos, con siglos de historia a sus espaldas en algunos casos, y que requieren no sobrecargar si no dejar ver la belleza natural de cada imagen, trono o templo con el exorno adecuado”.

A tan solo una semana de abrir paso a la Semana de Pasión de Antequera, las hermanas de Floristería la Gardenia ya se preparan para un arduo pero satisfactorio trabajo que comenzará el Lunes Santo con la Virgen de la Vera Cruz. “El Miércoles continuaremos y le servimos las flores al Señor del Mayor Dolor, el Jueves la Virgen de los Dolores y el Cristo de la Columna, el Viernes a algunos pasos de la Cofradía de la Paz , La virgen de la Soledad y Santo Entierro y también el Jueves Santo a los cuatro pasos de la cofradía Ntro Padre Jesús Nazareno en Archidona”, destacan desde la Gardenia, confesando que “pese al esfuerzo, es nuestra época favorita del año”.