El Consejo de Gobierno ha acordado este martes inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Monumento, el Palacio de los Marqueses de Villadarias en Antequera (Málaga), un edificio conocido popularmente como la Casa de las Columnas y que es uno de los ejemplos más representativos de la rica arquitectura civil de esta ciudad en el siglo XVIII.

Mandado a construir en la primera década de esta centuria por Francisco del Castillo y Fajardo, segundo marqués de Villadarias, el inmueble ha sido testimonio excepcional de la evolución de las casas palacios barrocas e incorpora la innovación de elementos neoclásicos relacionados con los proyectos arquitectónicos de corte borbónico que en esa época se realizaban en Madrid. Destaca especialmente por su fachada y por la riqueza de sus espacios interiores.

La monumental fachada, de proporciones inusuales en Antequera y realizada con piedra caliza local del Torcal y del Cerro de la Cruz, presenta como novedad el tratamiento de la última planta con las mismas características que la baja o principal, y no con las tradicionales del ático. En los vanos se alternan las soluciones populares en la planta baja, con rejería, sin jambas ni dinteles y cierres tradicionales de madera, y las más exquisitas en las plantas altas, con pilastras y decoración de rocalla y cabezas antropomorfas.

La portada es barroca en su composición, aunque sobria y clasicista en sus elementos arquitectónicos. El primer cuerpo, que invade plenamente la calzada, dispone de cuatro columnas toscanas con capiteles muy estilizados y sobre él se abre el amplio balcón del piso noble.

El prestigio nobiliario que refleja la portada, con la inclusión de escudos heráldicos en la decoración, tiene su correspondencia en la riqueza de los espacios interiores. Sobresalen el patio principal, de planta cuadrangular y con columnas toscanas de piedra en la planta baja; la escalera, cubierta con cúpula elíptica y yeserías de influencia granadina, o la rejería del zaguán de entrada, de gran calidad técnica y artística, realizada entre los siglos XVIII y XIX.

Para preservar la integridad visual del monumento, que se ubica en la zona llana de la ciudad preferida por la nobleza antequerana, el decreto de inscripción el Catálogo del Patrimonio Histórico establece un entorno de protección que abarca espacios públicos y privados del área conformada por las calles Lucena, Santa Clara y Cruz Blanca.

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