Una nueva prueba de fuego volvía a medir el pasado sábado el momento actual por el que atraviesa el Antequera C.F. que se presentaba en Melilla con cinco victorias de otros tantos partidos y ante un rival como el River sumido en una situación un tanto anómala con el tercer técnico en la lista desde que empezara la temporada.

Con plaza de «play offs» momentánea en el bolsillo, que desde hace ya años nos disfrutaba el cuadro blanquiverde, «La Espiguera», se presumía como un escenario difícil pero factible de poder seguir aumentando la leyenda que el equipo de Aybar había cimentado en cifras espectaculares que además de los puntos habían dado sobriedad y estilo propio a una forma de interpretar el fútbol.

No fue fácil, especialmente en el primer tiempo marcar las pautas del choque al cuadro antequerano. Quizás un exceso de ganas por hacerlo bien propuso una línea de juego con demasiadas imprecisiones que tardaron minutos en dotar al once de la consistencia necesaria para comenzar a proponer su habitual juego, que dicho sea de paso cuando llegó encontró la excesiva dureza en los locales para cortar dichas acciones.

Sin embargo nada más arrcancar la segunda mitad Marín se aprovechaba de un rechace para dentro del área batir por la escuadra a Jesús (M.48). A partir de ahí todo parecía más fácil pero los de casa se encontraron en una acción a balón parado y tras una falta que Sidi introdujo en la meta de Lara (M.63). Este tanto espoleó de nuevo al once de Aybar que pasó a dominar la contienda llegando el segundo a través de un testarazo de Jairo a la salida de un corner (M.74), machacando a la contra en las últimas acciones del partido y poniendo rúbirca a la goleada, primero Juanillo (M.89) y después Víctor Rueda (M.90).

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