Las altas temperaturas y la sequía afectan a la campaña de la aceituna de mesa que comenzará en septiembre

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Las escasas lluvias de este año han desencadenado dificultades en la agricultura de la provincia de Málaga. Las altas temperaturas de los últimos meses agravan aún más campañas como la de la aceituna de mesa, que mayoritariamente se concentra en la comarca de Antequera. Las organizaciones agrarias, aunque confiesan que aún es pronto, ya predicen una merma de la producción para la recogida que comienza en el mes de septiembre a la vista de las escasas lluvias estivales.

De hecho, el responsable de aceituna de mesa de COAG Andalucía, Antonio Rodríguez, prevé la caída de un 40 por ciento en la próxima campaña, lo que supone la recogida de 33 millones de kilogramos.

Una situación similar se vislumbra en el resto de la nación, donde COAG augura una campaña del verdeo “peor” que la del año pasado, y que no llegará a las 400.000 toneladas en toda España.

“Ese golpe de calor de primeros de mayo afectará a la aceituna de mesa. Además hemos tenido un 40 por ciento menos de lluvia que un año normal y eso también provocará el descenso de la producción”, matizó Rodríguez.

Rodríguez insiste que no se trata de una campaña muy negativa si se compara por ejemplo con la de Sevilla, en la que se espera una merma “de producción de un 80 por ciento, ya que muchas explotaciones han sido abandonadas ante los bajos precios que los agricultores soportan desde hace años”.

Por su parte, el presidente de Asaja Málaga, Baldomero Bellido, puso de relieve que la escasa producción de este año también se debe a la buena cosecha de la campaña pasada.

“La producción de aceituna de mesa se va a obtener tan solo en las zonas de regadío. Ha llovido muy poco por lo tanto hay muy poca reserva en el suelo y las parcelas de secano no van a ser aptas para la aceituna de mesa”, aclaró Bellido.

Por otro lado, el sector agrícola sigue alerta con el conocido como ébola del olivo. Se trata de una bacteria, Xylella fastidiosa, que desde que en 2013 entró en Europa ha plagado a unas 15.000 hectáreas de olivar italianas.

La mejor medida de control fitosanitario es extremar las precauciones en el comercio del material vegetal sensible. Por ello, las organizaciones agrarias informan a los olivareros para evitar que este traspase las fronteras.