De cabra, de oveja, azules o afrutados. Existen miles de quesos diferentes que se acomodan al paladar de cada consumidor y, pese a que el origen de este manjar es desconocido, este sabroso producto se ha conseguido posicionar como uno de los más demandados de la geografía española y mundial.

El municipio malagueño de Teba, caracterizado por las increíbles murallas que protegen su castillo, lleva desde hace 20 años celebrando la Feria del Queso Artesano, que rinde culto y homenaje a este producto y consigue atraer a miles de habitantes a la zona. Este año, la localidad ha vuelto ha convertirse durante el fin de semana en la capital del queso, siendo 20.000 las personas que no se han querido perder esta cita, de obligada asistencia para todos los amantes de este manjar.

Juan José, vecino de la localidad y fiel seguidor de esta feria, confiesa que es el día más especial del año para él y su familia. “Desde muy joven mis padres siempre me traían a la Feria del queso y es algo que se ha quedado de generación en generación”, comenta el tebeño mientras degusta uno de los quesos. “Es un honor para el pueblo ver como cada año son más los que se apuntan y participan. Ojalá sea así siempre”, explica.

Medio centenar de puestos ofrecieron degustaciones y venta directa de quesos, todos ellos con unos atributos únicos y diferenciales, ya que cada fase del proceso de elaboración artesanal determina el resultado final del queso: su sabor, forma, olor y aspecto distintivo. Además, el apego y esmero con el que se realiza cada queso artesano hace que ninguno de ellos sea igual a otro, poseyendo su propia identidad y esencia única. “No hay nada igual como el queso artesano. Mi marido y yo venimos todos los años para probarlos y se nota su sabor especial”, cuenta Isabel, vecina de Fuengirola, mientras pasea por el mercado donde se exponen otros productos típicos de la localidad, como la miel, los vinos o los deliciosos dulces tebeños.

Uno de los aspectos más característicos de la jornada es el tradicional Concurso del Queso Artesano de la Villa Condal de Teba, que cada año consigue reunir en la plaza del pueblo a miles de personas que se baten en una competición para conseguir el mejor queso. Este año, como viene siendo tradicional, un jurado de expertos premió los mejores quesos en seis modalidades distintas: cinco de cabra y oveja (semicurado de cabra, curado de cabra, leche cruda de cabra, leche de oveja y mezclas de leche de cabra y oveja) y una categoría especial. Además, también se puso en marcha el Concurso de Repostería Local, que repartió tres premios a los mejores postres con, al menos, una variedad de queso entre sus ingredientes.

El evento, que aúna gastronomía y cultura, contó con un amplio programa de actividades como talleres de elaboración de queso, rutas para conocer el patrimonio de la zona, tren turístico o paseos por los monumentos más emblemáticos del municipio, como el Museo Histórico Municipal, el Castillo de la Estrella, o la Iglesia de la Santa Cruz Real, un templo barroco del siglo XVI. 

El objetivo de esta feria es dar valor a la gran variedad de quesos producidos de manera artesanal y su importancia, para así fomentar el desarrollo de las zonas rurales donde se ubican las empresas productoras y de transformación.

De esta forma, Teba ha conseguido convertirse, otro año más, en el principal eje gastronómico durante el fin de semana, reuniendo a miles de visitantes y amantes del queso al municipio.