NeuroTEA es una asociación integrada por familiares de personas con trastornos del espectro autista en Antequera que trabaja para mejorar la calidad de vida de las personas, buscando su integración en la sociedad a través de la información y la sensibilización.

Actualmente, la entidad atiende a 25 familias que hacen uso de los servicios de logopedia, psicología y terapia ocupacional en la sede, a las que se suman las más de 100 que participan en el proyecto de asistente de aula en distintos colegios de la provincia. 

“Desarrollamos todo tipo de acciones encaminadas a la mejora de la calidad de vida de las personas con Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) y sus familiares. Además, también buscamos favorecer la integración de los niños con trastorno del espectro del autismo dentro de la comunidad escolar y de su entorno social en general”.

NeuroTEA ofrece apoyo educativo en los centros escolares a través del asistente de aula y cuenta con un servicio de intervención terapéutica grupal a través del taller de habilidades sociales y comunicación, terapias en contexto natural y terapias individuales en la sede, así como actividades de ocio y tiempo libre, entre otras. 

“Atendemos a las familias presencialmente o telefónicamente. Los usuarios acuden de dos a tres veces en semana a recibir terapias en sala y también hay salidas en contexto”. Y es que la integración de las personas con espectro autista y su conexión con el entorno, tal y como indican desde la asociación, es primordial para romper barreras y estereotipos. “ Buscamos conseguir una mayor comprensión de este trastorno y apoyar a estas personas para mejorar su acceso a la educación y al empleo y, sobre todo, conseguir el compromiso de los organismos para hacer efectivos los derechos de las personas con TEA”, defienden. 

En los últimos años, según explica Fátima García, secretaria de la asociación y madre de uno de los usuarios, han aumentado los casos diagnosticados de autismo, detectándose uno por cada 100 nacimientos. “Ahora se detecta más pronto ya que la comunidad médica y los educadores tienen hoy más herramientas y mayor conocimiento para identificarlos. Por ello, es fundamental que la sociedad disponga de las herramientas necesarias para conocer la realidad del autismo”.

Sobre los principales signos de alerta para su detección, Fátima expone que, pese a que en cada persona se manifiesta de una forma diferente, el contacto ocular y la falta de respuesta a su llamada son los más evidentes. “El contacto ocular es lo más evidente,así como la ausencia o retraso del lenguaje”. Además, hay otros comportamientos que pueden alertar, como los movimientos repetitivos o la dificultad para adaptarse a situaciones nuevas. “Cuando hay acumulación de varios de estos signos sintomáticos, los profesionales de la infancia deben orientar a los padres hacia un especialista”.

Por ello, desde NeuroTEA, que atiende a personas de edades comprendidas entre los tres y los 30 años, piden más recursos para las familias, tanto a nivel educativo como social, que les ayude a romper con un estereotipo que identifica a las personas con TEA de manera equívoca. “Yo, como madre de un niño con autismo, pido a las administraciones más recursos, ya que es un proceso bastante duro y complicado que genera un deterioro y estrés bastante grande en la calidad de vida de la familia y, sobre todo, de los niños”, confiesa.