Tras dos años de un ritmo frenético de reformas y cambios para buscar la ansiada salida de la crisis y tras dos años sin enfrentarnos a las urnas, nos encontramos en plena campaña electoral para las elecciones al Parlamento Europeo.

Debemos ser conscientes de la importancia que poseen esta convocatoria, y no me cabe duda que uno de los principales argumentos por el que se debe despertar el interés de la ciudadanía europea por estos comicios será el incremento de poderes del Parlamento Europeo, única cámara, recordemos, elegida de forma directa y mediante sufragio universal por los ciudadanos de los Estados miembros, al que Lisboa otorgó igualmente poder de decisión sobre la totalidad del presupuesto comunitario. Pero aún hay más, el papel que la Eurocámara va a poder jugar en la elección del presidente la Comisión Europea sí que se presenta como una innovación para estos comicios de 2014, digna de representar un verdadero giro democrático en la legitimidad de nuestras instituciones comunes.

En esta contienda electoral, estamos observando una auténtica innovación, ya que los partidos políticos que concurren a las elecciones han nombrado al candidato que apoyan para presidir la Comisión y éstos están teniendo un papel más crucial en la campaña, debiendo presentar su programa y participar en debates públicos en todos los Estados miembros. Esta campaña, con candidatos visibles a presidir el ejecutivo de la Unión, que explican su programa político, sí que puede generar en los tiempos venideros un debate europeo en toda regla y despertar la atención de los ciudadanos en clave común sobre los temas que nos preocupan como ciudadanos europeos.

Es verdad que estamos en tiempos difíciles, en los que la política está muy desprestigiada, pero debemos de convencernos en España que hoy somos un país plenamente desarrollado gracias a los Fondos Europeos que han contribuido ha desarrollar las enormes virtudes de nuestro país. Un país que ha afrontado en estos dos años un esfuerzo increíble por reformar su estructura estatal para conseguir ser en los próximos años la lanzadera del crecimiento económico de Europa, porque siendo más España, habrá más Europa.

Los españoles debemos ver en este nuevo rumbo político que está tomando la UE, un importante paso definitivo en esa construcción europea que debe culminar con la plena integración y la tan necesaria Constitución Europea y que con éste procedimiento al que habrá que ir añadiendo, como se ha ido haciendo hasta ahora, elementos más participativos para la ciudadanía, hará que convirtamos a la UE en una democracia de todos y para todos. Y en este avance hacia el futuro debemos estar los españoles apoyando esa integración, porque más Europa, es decir SI al futuro.

Antonio García Mendoza

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